martes, 16 de febrero de 2016

Cambio Climático: parábola de la salvación del planeta.

Un día del mes de julio, un científico ambientalista viajaba en su coche cerca de la costa Dourada en la provincia de Tarragona.
El día era soleado y sentía calor, sensación agravada por la humedad que se imponía en el ambiente.
Mientras se secaba el sudor y ponía el climatizador al máximo, observó que las playas por las que pasaba estaban abarrotadas de gente.
Por razones familiares, nuestro científico ambientalista se vió en necesidad de viajar por la misma ruta durante el mes de enero del siguiente año; le sorprendió ver el litoral completamente desierto. Mientras subía la calefacción de su vehículo, en su mente se producían las primeras conexiones relacionando las observaciones del pasado verano con lo que ahora, seis meses más tarde, estaba viendo.

Como era un científico de formación clásica, no pudo evitar que este hecho le llamara la atención y su mente bien entrenada empezó a trabajar, como otras tantas veces, siguiendo los pasos del método científico
1. paso -. Observación:
Todo se aceleró en su cabeza cuando al verano siguiente, observó de nuevo las playas abarrotadas, en un entorno axfisiante por el calor y la humedad.
Pensaba de esta manera: …. si la observación directa de la realidad me presenta la evidencia de la relación entre concentración de personas en las playas y calor ambiental, quizás sea porque el primer factor desencadena el segundo....

2. paso -. Formular preguntas sobre lo observado:
¿Por qué hace tanto calor cuando se concentran tantas personas en el litoral? Y, al contrario, ¿por qué las temperaturas son bajas cuando ese mismo litoral se encuentra desierto?
3.paso -. Proponer respuestas en forma de Hipótesis:
Formuló su hipótesis, fundamentada en la observación directa de un fenómeno, tal y como exige el protocolo del método científico:
La concentración de personas en las playas es la causa de la elevación de la temperatura y la humedad en ese mismo entorno.

4.paso -. Comprobación experimental; fase de prueba:
En Ciencias experimentales, no es suficiente decir, también hay que probar lo que se dice.
Por lo tanto, nuestro científico puso manos a la obra y diseñó un experimento para probar la validez y certeza de su Hipótesis.
En un entorno controlado (una habitación de 50 m2, aislada térmicamente) colocó sensores de temperatura y fue introduciendo diferente número de personas; para cada caso, controlaba el tiempo transcurrido y la variación de temperatura y humedad según la concentración de personas en la sala.
Los resultados obtenidos mostraban una muy alta correlación entre concentración de personas y temperatura- humedad.
Efectivamente, todas las pruebas parecían indicar que la elevada concentración de visitantes en las playas causaba calentamiento. Y este calentamiento podía alterar radicalmente la circulación general atmosférica, alterar también el régimen de precipitaciones, causar dilatación en las masas de agua y por lo tanto subida de nivel del mar ....... y otras graves amenazas para la Humanidad.
5.paso -. Conclusión: Tesis o verdad científica
La conclusión que extrajo de su experimento le llevó a formular su Tesis:
 Teoría de la influencia de la concentración de personas en las playas como causa de calentamiento.

Creyendo en la importancia de su descubrimiento, se puso en contacto con diferentes medios de comunicación que, inesperadamente, acogieron la noticia con interés y la difundieron con rapidez en prensa escrita, radios y televisiones.
El eco en las redes sociales fue inmediato y así, las autoridades se vieron presionadas por “ la nueva amenaza de calentamiento causado por la cada vez mayor y descontrolada afluencia de personas a las playas”.
No pudieron hacer oídos sordos a la creciente preocupación por el riesgo de catástrofe ambiental que se extendía velozmente entre la opinión pública.
ONG-s, grupos ecologistas, asociaciones de protección del medioambiente, deportistas de élite, artistas y cantantes …. sumaban sus voces para pedir una actuación inmediata que pusiera límites a la presencia humana en el litoral y se establecieran medidas para restablecer la situación a un estado anterior, estado "correcto" y sin riesgo para la Humanidad. La exhibición de emociones fue impresionante.

Nuestro científico consideró que esta demanda de medidas de restablecimiento a un estado anterior "correcto" o no alterado era muy ingeniosa; consultó con otros colegas y aunque no tenían ni idea de como identificar cual era el estado "correcto" del Clima, propusieron tomar como referencia el estado del litoral en el año 1879, cuando todavía la costumbre de tomar baños de mar no se había establecido y ni tan siquiera se percibía como saludable.
Además, es entonces cuando se inicia el período de registro termométrico de temperatura de superficie, y les pareció que este hecho daba solidez científica a la fecha de referencia elegida.

Las autoridades y representantes de partidos políticos, confiando en el criterio de los científicos y empujados por la presión social, propusieron una serie de medidas de reducción y de adaptación ante la amenaza del calentamiento provocado por la creciente afluencia a las playas:
a) Medidas de reducción: Destinadas a reducir la presencia de personas en las playas.
Para ello, pensaron en aprobar una nueva Ley de Costas, con prohibición de acceso para las personas no autorizadas. Pero enseguida se dieron cuenta que era una medida muy impopular, de gran coste político y económico, que comprometería al total de las fuerzas de Seguridad en las tareas de vigilancia para su cumplimiento.
Alguien propuso la idea de crear un nuevo impuesto; no habría prohibición, pero quien quisiera acudir a la playa debería pagar una tasa de acceso. También los hoteles, chiringuitos ….... deberían pagar un impuesto de protección ambiental.
Así, sin prohibiciones impopulares, se crearía un efecto de disuasión gracias al cual se reduciría la afluencia de personas a las playas.
Y simultáneamente, el Estado podria así conseguir nuevos ingresos.
La medida fue aprobada en el Consejo de Ministros. Al ser presentada en el Congreso de los Diputados, ningún grupo político se opuso a esta nueva fiscalidad ambiental; al fin y al cabo, se trataba de salvar el medioambiente.
b) Medidas de adpatación:
Destinadas a promover alternativas de ocio saludable en entornos alejados de las playas, sobre todo en zonas del interior poco pobladas.
Para ello se creó un programa de ayudas económicas al que se podían acoger todos los emprendedores en negocios cuya actividad cumpliera los requisitos de:
a) ocio saludable, b) en zona de baja población y c) con ubicación alejada del litoral.

Las grandes cadenas hoteleras no permanecieron impasibles.
Al aprobarse la nueva fiscalidad que grababa la presencia en las playas vieron peligrar sus negocios y reaccionaron financiando investigaciones científicas que desacreditaran la Teoría de la influencia de la concentración de personas en las playas como factor de calentamiento.
Se inició un debate científico entre argumentos contrarios; el núcleo de la discusión se centraba en determinar cual era la verdadera la causa del calentamiento observado.

Pero la opinión pública y los intereses creados por las nuevas oportunidades de negocio surgidas al abrigo de las nuevas medidas para la protección ambiental ante la nueva amenaza del calentamiento dictaron sentencia rápidamente, y así, el éxito en los medios de comunicación de la Teoría de la influencia de la concentración de personas en las playas como factor de calentamiento ha resultado imbatible y solo hay una verdad oficial, que puede resumirse así:
el consenso científico es abrumador, el calentamiento es innegable y la afluencia creciente a las playas es una amenaza global.

Las cadenas hoteleras cambiaron de estrategia, ya que su imagen pública quedaba dañada al aparecer como empresas egoístas y culpables, que solo pensaban en obtener beneficio económico sin tener en consideración el futuro del planeta.
Dejaron de financiar investigaciones científicas alternativas y se transformaron en empresas verdes; aunque continuaban haciendo la misma actividad de siempre, ofrecían ahora alojamiento sostenible (sí, en zona playera, como antes), explicando que con parte del precio pagado por el mismo, se creaban nuevas iniciativas de ocio sostenible en lugares despoblados del interior o bien en nuevos hoteles situados en zonas costeras de países en vías de desarrollo sin tradición de baños de mar. Reunieron a sus empleados y les explicaron que eran una gran familia y que como tal, en épocas de dificultad todos tenían que hacer esfuerzos y más en este caso en el que estaba en juego nuestra civilización; los empleados no tuvieron más remedio que aceptar la bajada de sus salarios.
El cliente también asumía con docilidad la subida del precio del alojamiento (sí, también los precios de los hoteles subieron) consciente de su compromiso con la salvación del planeta y por solidaridad con los países en vías de desarrollo.

El fenómeno de la globalización hizo que la amenaza del calentamiento por concentración de personas en las playas fuera tratada en foros internacionales como amenaza para el futuro del planeta, creándose un comité de expertos, bajo patrocinio de la ONU, para coordinar las diferentes medidas a adoptar. Eran muchos los Estados con el mismo problema, por lo tanto la respuesta debía ser también global.
Este comité de expertos determinó cual era el número máximo de personas que cada playa (en todo el planeta) podía aceptar sin que hubiera consecuencias medioambientales negativas.
Así mismo estableció un sistema internacional de sanciones económicas, para los Estados que rebasaran estos máximos de presencia humana en sus playas.
Los Estados crearon espontáneamente un nuevo mercado en el que se comercia con la compra-venta de los derechos de ocupación playera. Los países sin tradición de baños de mar, que no utilizan su cuota de afluencia máxima, pueden vender sus “plazas libres” a cadenas hoteleras instaladas en zonas playeras de gran ocupación, de tal manera que la presencia global, promediada en todas las playas del planeta, se ajuste a los números determinados por el comité de expertos de la ONU.

Nuestro científico ambientalista disfruta del reconocimiento social de haber sido el primero en ver lo que hasta entonces nadie había visto y de haber alertado sobre ello. Ha creado una asesoría ambiental dedicada fundamentalmente al mercado de los derechos de ocupación de las playas y a la intermediación en la compra-venta de terrenos en zonas áridas del interior continental, lo que le produce unos beneficios mucho más grandes que el sueldo de investigador senior que venía cobrando hasta que dio a conocer su Teoría.

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