lunes, 23 de marzo de 2020

¿Podría la COVID-19 reducir la concentracion de CO2 atmosférico?
Iosu Marruedo. Biólogo.

La COVID-19 lo ha cambiado todo.
En un tiempo récord, ha sacudido el complejo entramado de relaciones, producción, desplazamientos e intercambios mercantiles, bloqueándolo y paralizando el mundo entero.
Pero al mismo tiempo, ha convertido el planeta en un inmenso laboratorio experimental.

En el ámbito de las Ciencias de la Atmósfera y del Clima, uno de los principios asumidos como ciertos en la teoría del Cambio Climático atribuye al aumento de concentración de CO2 atmosférico la principal responsabilidad del Calentamiento Global. Y afirma también que la mayor parte de ese aumento procede de las emisiones procedentes de las actividades humanas.
En consecuencia, toda medida dirigida a afrontar el Cambio Climático debe pasar inexorablemente por la reducción de esa concentración de CO2, no existiendo para ello otro camino que la reducción drástica de las emisiones de gases a la atmósfera.
Estas afirmaciones se sustentan en las conclusiones extraídas de la experimentación con escenarios simulados, reproducidos en modelos climáticos en un ordenador.

El tamaño del escenario (el planeta Tierra) y la complejidad de los sistemas y agentes implicados hacían imposible el diseño de experimentos de campo, sobre el terreno, en condiciones controladas; es por ello que se recurría a simular en un ordenador las condiciones ambientales (supuestamente, a criterio y conocimiento del constructor del modelo) y a partir de ese punto se "hacía correr" el modelo hacia el futuro, observando los fenómenos que tenían lugar.
Así se ha funcionado hasta hoy.

Pero el SARS-CoV-2 (virus causante de la pandemia COVID-19) sí ha detenido el mundo, reduciendo el 40% de actividad en China desde principios de enero, reduciendo el tráfico aéreo en Europa al 50% (11 de marzo), prohibiendo desplazamientos, causando un parón global en la actividad industrial, haciendo caer el uso, demanda y precio del petróleo hasta cifras que nadie podría creer hace tan solo un mes.

La COVID-19 nos ha preparado el terreno, nos ha regalado unas condiciones de experimentación que nunca pensaríamos poder obtener de otra manera ; pues aprovechemos y construyamos el experimento.

¿Cabría esperar que esta repentina parada mundial en la quema de combustibles fósiles hubiera dejado ya alguna señal en los registros de concentración atmosférica de CO2 durante el mes de febrero de 2020?

El lugar de monitoreo más utilizado para el control de la evolución temporal del CO2 atmosférico es el observatorio de Mauna Loa (Hawai. EEUU) situado a gran altura en una zona de alta presión persistente, que debería ser capaz de detectar estos cambios a medida que el Sistema Clima se mueve por el mundo.
La Imagen 1. muestra la evolución temporal de CO2 atmosférico desde la segunda semana de marzo de 2019 hasta la segunda semana de marzo de 2020. Las cumbres y valles que se observan son variaciones estacionales causadas por la escasa actividad fotosintética de la vegetación en el hemisferio norte durante el invierno.

Imagen 1.
Como puede observarse, la respuesta a la pregunta anterior es NO.
Quizás sería más prudente decir, todavía NO.
Ni en enero de 2020, ni en febrero, ni en las dos semanas de marzo representadas en la gráfica aparece ninguna señal que indique reducción de la concentración de CO2,
Aunque sabemos que la emisión de CO2 de origen antrópico (originada por las actividades de la Humanidad) ha descendido bruscamente, observamos que la concentración atmosférica sigue creciendo

¿Ineresante, no?

Ante la observación de estos datos, caben diferentes actitudes:

a) Podemos no hacer caso y esperar; quizás la señal llegue con retraso y se perciba dentro dos meses. Mientras tanto, podemos adherirnos a la teoría convencional (mayoritaria) promovida por el IPCC: el aumento de las emisiones de CO2 de origen antrópico es la causa del aumento de su concentración en la atmósfera y ésta, a su vez, provoca el Calentamiento Global.
Y si al cabo de un mes el registro de Mauna Loa muestra un "valle" en la tendencia anual, pues todos contentos, el IPCC está en lo cierto, el CO2 de origen antrópico es quien "tira" hacia arriba de la Temperatura global.

b) Podemos considerar que los incendios que han arrasado Australia desde el otoño pasado, han inyectado en la atmósfera suficiente cantidad de CO2 durante este invierno como para cubrir el déficit provocado por el parón de la pandemia COVID-19.
Es una consideración interesante y existen investigaciones en marcha dirigidas a conocer el verdadero papel de los aerosoles de incendios y volcanes en la meteorología y el Clima, pues hasta el presente, hay científicos que afirman que causan enfriamiento mientras otros afirman lo contrario.
Los incendios de Australia han arrojado a la Atmósfera (y Estratosfera, llegando hasta los 22 km de altura) ingentes cantidades de gases, cenizas y aerosoles.
Constituye este fenómeno otro ensayo real (no simulaciones) para averiguar su impacto en la temperatura global terrestre y el Sistema Clima. Pero por ahora, tenemos que esperar a las conclusiones.

c) Podemos reconsiderar otras  estudios, valoraciones y resultados que difieren de lo que se llama ciencia climática convencional. Son las posiciones sostenidas por los científicos escépticos.
Estos científicos (grupo minoritario) no niegan la evidencia del Cambio Climático, pero sí ponen en duda su causa humana,  su magnitud o la gravedad de los daños que pudiera ocasionar. Podemos citar entre ellos a Judith Curry, Anthony Watts, Roy Spencer, John R. Christy, Murry Salby ...

Conviene aclarar que su posición "escéptica" afecta únicamente a los agentes y procesos de cambio en el Sistema Clima, no al problema global de los agentes y procesos de contaminación de los Sistemas Naturales. No debemos mezclar contaminación y Clima, son sujetos de estudio relacionados, pero bien diferentes.

El fuego cruzado entre las posiciones convencionales (IPCC) y los argumentos de las teorías no convencionales es intenso y enormemente interesante.
Lamentablemente, el libre acceso al contenido de esos debates con cruce de argumentos científicos en un sentido u otro es difícil, por un lado debido a la propia dificultad de comprensión de determinados conceptos de física de la atmósfera pero, principalmente, porque están completamente marginados de los medios de difusión,donde lo que se anuncia es la existencia de consenso en torno a la teoría convencional , que se presenta como cierta y probada, por lo que el debate es ya innecesario.

Quisiera llamar la atención sobre una de las teorías no convencionales, la teoría promovida por el Dr. Murry Salby  (Helmut Schmidt University, Hamburgo. Alemania).
En el video que puedes ver más abajo tienes acceso a una de sus últimas conferencias (en inglés), en la que responde a críticas recibidas y rebate determinados supuestos utilizados en la construcción de los modelos climáticos que utiliza el IPCC y en los que èste se basa para sostener la teoría convencional.
El Dr. Salby ha realizado numerosos trabajos de investigación con objeto de conocer el origen del CO2 que ingresa en la atmósfera,  utilizando como metodología principal la variación temporal de la relación entre los isótopos C13/C12 en el CO2.

  Video conferencia del Dr Salby, argumentando en defensa de su teoría (en inglés, con subtítulos en inglés).

Afirma y argumenta que el incremento de CO2 en la atmósfera debido a las actividades de la Humanidad (CO2 de origen antrópico) constituiría tan solo el 20-30% del total, correspondiendo el 70-80%  restante a CO2 de origen natural.
Afirma que desde el s. XIX el planeta experimenta un  proceso de Calentamiento Global natural, una oscilación natural templada en respuesta a la fase fria iniciada en el s.XVI conocida en Europa como la Pequeña Edad de Hielo.
Ese aumento de la temperatura global causa la desgasificación de mares y océanos ya que la solubilidad de los gases en el agua es inversamente proporcional a la temperatura de ésta (Ley de Henry); de esta manera enormes cantidades de CO2 entran en la atmósfera procedente de los océanos, reforzando a su vez el efecto invernadero, causando más calentamiento y más desgasificación.
Es decir, según él, ".. es el aumento de temperatura global quien causa el aumento de CO2 y no al revés como sostiene la hipótesis convencional del IPCC ....".  

Para el Dr. Salby, hasta el 80% del aumento de CO2 en la atmósfera tendría origen natural, procedente de océanos y respiración de masas vegetales continentales; tan solo el 20% tendría un origen antrópico (actividad humana). Si pasado un tiempo no se aprecia ninguna señal de reducción de la concentración de CO2, habiendo existido una brusca merma en sus emisiones antrópicas, la hipótesis del Dr. Salby saldría reforzada y el IPCC tendría que revisar alguna de sus suposiciones.
Critica fuertemente los supuestos del IPCC empleados en sus modelos climáticos en lo referente a los sumideros de CO2; afirma que los sistemas terrestres están interconectados, no compartimentalizados, por lo que la "salida" de CO2 de la atmósfera se hará siempre a la velocidad del sumidero más eficaz, más rápido; en los modelos climáticos del IPCC, los sumideros están compartimentalizados, cada uno vacía de CO2 su compartimento (suelos, mares, lagos ...), de tal modo que la velocidad de retirada de CO2 de la atmósfera viene impuesta por el sumidero más lento; este planteamiento crea sobrecalentamiento en todas las simulaciones.

¿Quien  está en lo cierto?

Bien, si te aburres con el confinamiento, estás ya cansado de Netflix, has planchado el montón de ropa que llevaba un mes en el armario esperando su oportunidad ... y no sabes que hacer, pues ya tienes algo en lo que pensar, y atento a esta tarea:
Tarea :
observa la evolución de la curva de CO2 (curva de Keeling) haciendo click en este enlace.
Puedes elegir la representación gráfica semanal, de los últimos seis meses, anual, ....
Te recomiendo la anual.  Veremos si desciende.

Si ves novedades, añade un comentario.
Buena suerte.


jueves, 19 de marzo de 2020

Los invitados indeseables
Iosu Marruedo. Biólogo

Nadie lo habia invitado, pero se ha presentado. Y su presencia está causando cambios en todos los sitemas globales (tanto naturales como antrópicos) de una magnitud y rapidez desconocida hasta el presente.
Como ya habrás adivinado, me refiero a la actual pandemia por COVID-19, que ha irrumpido en el planeta alterando profundamente el estado de todos los sistemas: ha puesto patas arriba la Sociosfera (trama social de relaciones económicas, sociales, culturales ...) Tecnosfera (sistemas de producción, redes tecnológicas y cadenas industriales), Atmósfera (ha provocado una disminución brusca de las emisiones de CO2, metano, SO2 ... limpiando el aire de las ciudades como ni en los más optimistas sueños de Greta Thunberg ) líneas de transporte aéreo y marítimo, fronteras, .....    
Presenciamos atónitos (por lo inesperado) la rapidez con la que se extiende la amenaza a la salud de los individuos, las tensiones que esto crea en los respectivos sitemas de salud de cada país, la parálisis del tejido productivo que las medidas adoptadas conllevan y la destrucción económica consecuente, que están ocasionando un empobrecimiento global inimaginable hace tan solo un mes atrás.

Pero también podemos ver algún aspecto positivo:
Desde la perspectiva de la Ciencia experimental, por primera vez en el campo de las Ciencias del Medio Ambiente, tenemos un laboratorio (accidental, eso sí) en el que podemos experimentar (no simular en programas de ordenador) a escala real las interacciones de agentes desconocidos hasta la fecha.   
Por primera vez, podremos verificar (no simular) si una rápida reducción de emisiones de gases a la atmósfera tiene incidencia en las temperaturas medias globales de la baja troposfera. Podremos observar la magnitud y velocidad de esos cambios.

Junto con el otro invitado no deseado que el planeta ha recibido en estos últimos meses (los devastadores incendios en el continente australiano, que han arrojado a la atmósfera toneladas de gases y aerosoles, llegando hasta los 22 km de altitud) podremos observar en directo y a escala global la influencia de los aerosoles en el efecto invernadero terrestre,  podremos relacionar entre sí parámetros de la Sociosfera con parámetros de la Atmósfera, Biosfera, Hidrosfera ..... (como por ej. ¿las medidas de contención adoptadas son más eficaces en regímes autoritarios o en regímenes democráticos?; ¿el estado de bienestar se garantiza desde un sistema de salud privado o sistema de salud público?; ¿debe replantearse la relación entre el sistema de bienestar y el nivel de consumo? ¿cual es el consumo aceptable, justificado para el mantenimiento del estado de bienestar? ....) y aumentar el conocimiento sobre las complejas interacciones que tienen lugar en nuestro planeta.

A la espera de novedades sobre todos estos ensayos que ya están en marcha (tanto ambientales como socio-económicos y epidemiológicos) salud,  paciencia y buena suerte a todos,  tengamos la esperanza de que al final de esta crisis nuestro conocimiento en todos esos ámbitos será mayor.


  Cambio Climático: reflexiones para una ética posible. Iosu Marruedo. Biólogo La Conferencia Científica de las Naciones Unidas (también con...