sábado, 24 de febrero de 2024

 Cambio Climático: reflexiones para una ética posible.

Iosu Marruedo. Biólogo

La Conferencia Científica de las Naciones Unidas (también conocida como la Primera Cumbre para la Tierra) celebrada en Estocolmo (Suecia) del 5 al 16 de junio de 1972, adoptó una Declaración que enunciaba los principios para la conservación y mejora del medio humano y un plan de acción que contenía recomendaciones para la acción medioambiental internacional.

En un apartado sobre la identificación y control de contaminantes, esa Declaración planteó la cuestión del Cambio Climático por primera vez, advirtiendo a los Gobiernos que debían tomar en consideración las actividades que pudieran provocar el cambio climático y evaluar la probabilidad y magnitud de las repercusiones sobre el Clima.

No obstante, el Cambio Climático no se planteó como preocupación principal. Los recursos hídricos, los mamíferos marinos, la desertificación, las fuentes de energías renovables, los bosques, el marco jurídico medioambiental y la cuestión del desarrollo sostenible (desarrollo compatible con la supervivencia de los ecosistemas naturales) fueron los asuntos que tuvieron preponderancia.

En 2009, un grupo de 28 científicos internacionales liderados por Johan Rockström (SRC) y Will Steffen (Australian National University) proponen un marco conceptual que evalúa el estado de 9 procesos fundamentales para la estabilidad del Sistema Tierra (globalidad de los Sistemas Naturales). A ese marco conceptual lo denominan Límites del Planeta convirtiéndose en referencia utilizada por diversos  organismos como la ONU, el Foro de Davos  ...

Clic sobre la imagen para agrandar (Fuente: SRC)


Desde entonces realizan evaluaciones periódicas generando informes para el 2009, 2015, 2017, 2022 y 2023. 

Atendiendo al último informe (2023), el Cambio Climático aparece en cuarto lugar por magnitud de la emergencia, detrás de:

1. la pérdida de Biodiversidad e integridad en la Biosfera,

2. la presencia de sustancias contaminantes en todos los Sistemas Naturales y 

3. alteración de los ciclos biogeoquímicos en suelos aire y agua. 

Sin embargo, ¿por qué se habla tanto del Cambio Climático y tan poco de los problemas señalados en los Límites del Planeta?

A veces tengo la sensación de que el asunto del Cambio Climático (sin desdeñar su importancia) se está utilizando como coartada o cortina de humo para evitar abordar las otras amenazas arriba señaladas (se me hace particularmente irritante el nuevo término de "refugiado climático" aplicado a la amalgama de ciudadanos que intentan huir de estados fallidos). 

Según mi opinión, creo que todo este asunto va mucho más allá del control y reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera.

Va de poner freno a la contaminación de los Sistemas Naturales y cadena alimentaria (afectando a la Atmósfera, Biosfera, Hidrosfera ..) y además, va también de atenuar la desigualdad en la distribución de la riqueza (entiéndase como desigualdad en el acceso a la energía). Contaminación sistémica y desigualdad entre sociedades son los dos grandes problemas a enfrentar.

Las propuestas de solución serán diferentes según el diagnóstico que hagamos:

Si todo lo reducimos al control de las emisiones de gases GEI a la atmósfera, la Transición energética tal y como se conoce hoy, señala el camino de la solución en los países desarrollados. ¿Pero qué Transición energética cabe realizar en los países pobres? Si tal y como parece no habrá minerales estratégicos para sustituir todo el parque móvil mundial ¿quien se quedará sin su coche eléctrico, el ciudadano noruego o el ciudadano senegalés?.

Si abordáramos el problema de la contaminación sistémica, la única solución vendría de la mano del decrecimiento, de la reducción del consumo de materias primas y energía. 

Si enfrentáramos la crisis de desigualdad, debería articularse una Transición social para la mejor distribución de la riqueza, fijación de precios justos de las materias primas extraídas en los países pobres, regulación del tránsito en los movimientos migratorios ... El sistema económico de Libre Mercado debería someterse a estricta regulación por parte de algún organismo mundial (global, común) desmercantilizando los elementos base del bienestar humano (salud, educación, vivienda) asegurando el acceso universal a los mismos. 

Pero dejemos de soñar. ¿Qué puedo hacer yo ante estos retos? ¿Como debo situarme ante las llamadas a salvar el planeta? ¿existe una posición ética proactiva posible para el ciudadano?

Para aportar alguna luz que nos ayude a responder a estas preguntas voy a realizar un recorrido por algunos momentos y acontecimientos de la historia desde la postguerra (1945) hasta hoy, intentando explicar el contexto en el que se libran nuestras actuales crisis sociales, económicas y ambientales. Vamos a ello:

En 1992, Francis Fukuyama publica El fin de la historia y el último hombre. En este libro, sostiene que el mundo ha llegado ya a una etapa de estabilidad presidida por el triunfo definitivo del capitalismo neoliberal. Según Fukuyama, éste será el sistema de referencia donde se producirá el progreso humano tras la derrota final del socialismo. Lo que no había sido posible en 1945, ni inmediatamente después como consecuencia del enfrentamiento de la guerra fría, será posible ahora, una vez vencidos el relato fascista (1945) y el relato comunista (1991). Conviene recordar que la Segunda Guerra mundial se había librado en nombre de la democracia, la liberación de los pueblos y las mejoras sociales ligadas al estado de bienestar. Estas fueron las promesas frustradas, que ahora, según Fukuyama, por fín se podrán realizar: ....el progreso solo se realizará adoptando el relato neoliberal.... 

Los años transcurridos desde entonces desmienten este vaticinio de una era de paz y democracia universales (basta con consultar los informes del  World Development Report ). Y no es de extrañar.

Porque el objetivo del neoliberalismo no es retirar al Estado de la vida pública  sino subordinar todas sus formas de acción a las necesidades de la economía de Libre Mercado ("adelgazar" el Estado dejando el mercado en manos de los que entienden, como decía José María Aznar en 2001)No se trata de gestionar los efectos del mercado en la vida social, sino de producir el tipo de vida social que requieren los mercados. ¿Qué pasa entonces con la desigualdad, con la pobreza, con el conflicto y el malestar social? ¿Qué pasa con la democracia y la libertad de los pueblos?

Para la escuela de Chicago es evidente que en una sociedad abierta no pueden ganar todos: necesariamente hay muchos que van a perder. Su argumentación es ésta: el mercado opera como un juego de competencias en el que participamos todos. Y en los juegos, a veces se gana y a veces se pierde. Pero perder (según el pensamiento neoliberal) no es algo injusto en sí, es tan solo una de las posibilidades implícitas en el juego.

En este contexto, imponer una idea de sociedad (de colectivo) por encima de esas reglas de juego equivale a obstaculizar su funcionamiento y negar la libertad de los jugadores, rasgo que caracteriza a la sociedad abierta. Basta con recordar el empleo de la palabra libertad durante la crisis de la Covid-19, o algunas campañas electorales de partidos de la derecha (ej. en la Comunidad de Madrid), o más recientemente, la campaña presidencial argentina de Javier Milei. 

Sí, es verdad que hoy el sistema económico triunfante es el del capitalismo neoliberal, con su Libre Mercado o Libre empresa, como se le quiera llamar, con su resistencia (por todos los medios) a ser regulado o arbitrado por entidades o reglas que afirman buscar el bien colectivo, el bien común.

Durante la pandemia tuvimos la ocasión de experimentar vivamente el antagonismo entre los intereses individuales y los colectivos. Mientras unos individuos sacrificaban su movilidad, su seguridad (los sanitarios y personal de residencias de mayores por ej.) e incluso su salud y la de sus familias, otros solo vieron la ocasión de lucro, negocio y propaganda en favor de su chiringuito político. 

Los primeros se adherían a relatos colectivos, a veces, románticos, de solidaridad, de ... salir de esta crisis todos más fuertes ... mientras otros defendían sus negocios privados, sus comisiones, sus votantes de partido ...

¿Existe una solución social en la que pueda conjugarse lo particular y lo general, a modo de lo que Rousseau aborda en El contrato social? ¿Podríamos revivir el pacto keynesiano de los años 50 del pasado siglo? 

En su forma histórica el pacto social keynesiano se presenta como un acuerdo suscrito entre propietarios y proletarios. A través de este contrato social los empresarios se comprometían a reinvertir los beneficios de su actividad en las economías nacionales y aceptar un importante volumen de redistribución fiscal destinada a financiar programas universales de protección social y mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras. A su vez, asumían que el Estado se implicara activamente en la vida económica del país, hasta el punto de que sectores clave de la economía (energía, transporte, educación, salud, vivienda ..) pasaran a estar parcial o totalmente bajo control público, desmercantilizándose al menos en apariencia.

A cambio los empresarios obtenían la garantía de la propiedad privada, el conflicto laboral reglado y la paz social garantizada. Su función social como clase era reconocida y dejaba de estar amenazada. 

Los Treinta Gloriosos años de desarrollo capitalista tras la Segunda Guerra mundial es lo más cerca que se ha estado de la aplicación de ese pacto social (en EEUU y Europa).

En Europa se alcanzó el pleno empleo y la salarización completa de la economía. pero claro, con una economía basada en el extractivismo colonial que impedía que el progreso fuera para todos. Los Treinta gloriosos años no lo fueron para todos.

Y llegó la Crisis económica mundial de 1973, que pone fin a la edad de oro del capitalismo (1948-1973). El desencadenante es el aumento de los precios del petróleo, durante la guerra del Yom Kippur.

La crisis del petróleo de 1973 fue el pretexto para destruir ese contrato social. La producción disminuyó un 10% y millones de trabajadores quedaron en paro. Así comenzó lo que Paul Krugman llama la gran divergencia, el proceso por el cual se produjo el enriquecimiento gradual de los más ricos y el empobrecimiento de todos los demás (en plena vigencia en la actualidad). 

El sempiterno antagonismo entre los intereses individuales y los generales cobra nuevos bríos con el inicio de la contrarrevolución conservadora. 

En 1975 se publica el Informe sobre la gobernabilidad de las democracias encargado por la Comisión Trilateral, donde se advierte de los peligros de disolución del orden social como consecuencia de la creciente ingobernabilidad de las democracias por la deslegitimación de la autoridad, la sobrecarga de los gobiernos a causa de las excesivas demandas sociales y de la participación creciente del público en actividades que debían ponerse en manos de una tecnocracia o de burócratas especializados. La Comisión Trilateral era una fundación privada fundada en 1973 por David Rockefeller.

Como señala Josep Fontana en Por el bien del Imperio ..."En esa época de inseguridad y crisis económicas además de la represión de la agitación de los trabajadores y fuerzas de la izquierda se inició una batalla en el campo de las ideas con una contrarrevolución cultural dirigida a la audiencia de "desengañados" de la revolución cultural de los sesenta, proponiendo la restauración de los llamados "valores tradicionales", regreso a los valores religiosos (se estrena Jesus Christ Superstar, El Exorcista ..), a la afirmación del individuo frente a los actos de manifestación colectiva (en la música tenemos el fenómeno "disco" de exhibición individual de artistas frente a los grandes conciertos rock de los sesenta) ...

Llega el auge de las fundaciones privadas (que algo más tarde aterrizarían en Europa) financiadas con donaciones de empresas y particulares (?) además de (como en el caso español) fondos procedentes de partidos políticos. Estas fundaciones financian a su vez periódicos, radios y televisiones constituyendo un arma poderosa para difundir los principios del liberalismo económico y, en el fondo, de una ideología conservadora. 

En 2008 se produjo el colapso de la economía europea. Fue una crisis financiera disfrazada de crisis de globalización. El asalto a los derechos sociales y al "estado de bienestar" fue total. El resultado se parecía mucho a un golpe de estado oligárquico en el que los impuestos y la planificación y control de los presupuestos pasan a manos de unos ejecutivos nombrados por los Bancos. Fue la pretensión de someter a la población a una servidumbre por deudas.

Entre Cumbres del Clima y derechización de Gobiernos (menos Gobiernos de "lo social", más Gobiernos de "la libertad" de mercado) llegamos hasta nuestros días, con invasión de mensajes anunciadores del inminente desastre ambiental mezclados, paradójicamente, con las recomendaciones de consumo (siempre más consumo) de los numerosos productos verdes surgidos a la sombra de la Transición energética.

La pandemia de la Covid-19 nos enseñó que los problemas globales requieren soluciones globales, colectivas. También ahora conviene recordar que la actual crisis ambiental (que afecta a todos los Sistemas naturales) y el fenómeno del Cambio Climático en particular, requiere respuestas globales coordinadas. Es decir, colectivas.

Utilizaré un único argumento para sostener esta afirmación: todos los Sistemas Naturales son continuos, no están compartimentalizados. Es decir, los plásticos arrojados en las costas de Canadá, aparecen en las playas de Lanzarote 245 días después. Los óxidos de nitrógeno emitidos en Gran Bretaña provocan lluvia ácida sobre los bosques de coníferas de Escandinavia .... etc.

Nadie está a salvo. Aunque tengan dinero (en este caso, solo retrasarán que el problema retorne a las puertas de sus casas, como si fuera un boomerang,  aunque exporte mi basura electrónica hasta Ghana). 

Pero el mundo neoliberal deja muy poco espacio para respuestas colectivas, ya que asume que no hay pobres ni explotados, sino perdedores, fracasados e inadaptados. No ve necesario buscar soluciones para la salvación colectiva.

Los menos favorecidos pueden ser objeto de caridad pero no de solidaridad. Por eso fracasan las Cumbres del Clima, se dan moratorias a los plazos de solución, se retrasa la financiación de la atenuación de daños en los países más desfavorecidos ...

En esa lógica, los pobres son de hecho responsables de su destino, de no haber sabido manejar su vida, sus oportunidades o sus sociedades, de ser torpes, vagos, incapaces, o de haber nacido en Haití  ....

Nos encontramos pues en una situación de difícil salida: el triunfo actual del sistema capitalista neoliberal es abrumador y no tiene visos de cambiar, pero al mismo tiempo, es el obstáculo principal para la adopción de las necesarias medidas colectivas (quiero decir, de salvación global, de progreso para todos) para hacer frente a los retos de la Humanidad.

Ante este dilema, ¿existe alguna posición ética posible, alguna responsabilidad individual? ¿existe algo que, unilateralmente, yo pueda hacer? 

Sí. Yo propongo lo que señala Yuval Noah en su obra 21 lecciones para el siglo XXI : " actuar procurando que mis acciones causen el menor daño posible, actuar procurando que mis acciones alivien el sufrimiento de otros. Porque el sufrimiento es la única realidad objetiva en el mundo".

Que estas recomendaciones guíen mi consumo, mis relaciones humanas, mis estrategias de integración medioambiental (reciclaje, reducción de mi huella ecológica ...) mi deber de estar bien informado (a la hora de elegir representantes políticos), mi solidaridad (pagar las facturas con IVA, contribuir fiscalmente ...) y mi afecto.

domingo, 4 de febrero de 2024

 El  Delta del Ebro cuatro años después de la tormenta "Gloria". 

Iosu Marruedo. Biólogo


Han pasado ya cuatro años desde que la tormenta "Gloria" afectara muy severamente el litoral mediterráneo entre el 19 y 26 de enero de 2020, causando gravísimos daños en el conjunto sedimentario del Delta del Ebro.

Originó también la destrucción de numerosas infraestructuras, playas, puertos y paseos marítimos, viviendas e instalaciones turísticas, desde Gerona hasta Málaga. 

"Gloria" fue un temporal invernal muy completo, con fuertes vientos, grandes olas, nieve y lluvia persistente. En lo referente al temporal marítimo, la boya de Valencia marcó una ola de 8,44 m de altura significante el 20 de enero, el mayor dato histórico medido en el Mediterráneo occidental. 

El Delta del Ebro quedó devastado. El mar penetró en el Delta fracturando el litoral en la Isla de Buda, sobrepasando la berma de la playa de La Marquesa inundando arrozales, el oleaje destruyó la barra del Trabucador ... Más de la mitad de la superficie del Delta quedó anegada por el mar. 

LLovía sobre mojado (valga la redundancia), pues tan solo dos años antes, entre el 17 y 21 de enero de 2017, otro gran temporal invernal también había causado grandes destrozos.

Y saltaron todas las alarmas.

Figura 1: Ejemplo de los daños causados por "Gloria" en la zona sur del Delta.


¿Hemos aprendido algo de estos años pasados? ¿Está el Delta del Ebro preparado para afrontar una nueva tormenta similar a "Gloria"? 

A una primera respuesta de emergencia durante el verano de 2020 (dificultada por la pandemia y el confinamiento y con el objetivo de "taponar" brechas y levantar  urgentemente barreras frente el mar) siguió la elaboración dePlan para la Protección del Delta del Ebro que el Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) sacó a exposición pública en febrero de 2021 (documento elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas bajo la dirección de la Dirección General de la Costa y el Mar). 

Este Plan es ambicioso, pues junto con medidas de protección a corto plazo (trasvases de arena, elevación de bermas ...) se proponen también estudios e iniciativas (que exigen plazos de ejecución más amplios) para abordar de manera global los viejos problemas del Delta del Ebro, tales como: 

- La escasez de aporte sedimentario en la desembocadura

- la falta de regulación y control de los sumideros y la inundación de la plataforma deltaica (anual, para el cultivo de arroz)

- la incompleta delimitación del dominio público Marítimo Terrestre y su ocupación

- el vertido de fangos orgánicos, el estado ambiental de las lagunas y la degradación ecológica de las bahías

- estudios sobre la movilización de sedimentos en el río Ebro (con la CHE).

- estudio de la acumulación de sedimentos en los embalses de Ribarroja y otros ....

En febrero de 2023 llega, por fin, la primera reunión de la Comisión Bipartita del Delta del Ebro, encargada de coordinar las acciones del Gobierno de España y La Generalitat en el desarrollo de las propuestas del Plan para la Protección del Delta.

¿Podemos creer que ahora sí vamos en serio? ¿Estamos al inicio del camino que conducirá hacia la garantía de supervivencia del Delta del Ebro?

Hay una manera de responder estas preguntas, comprobando la eficacia de las medidas de reparación realizadas ya durante estos últimos cuatro años. Según el Gobierno español se han movilizado más de 300.000 m3 de arena desde las zonas de acumulación (Punta de la Banya, el Fangar y playa de los Eucaliptus) hacia las zonas más frágiles, con mayor retroceso (Isla de Buda, Trabucador ...).

¿Esta movilización de arenas ha conseguido restaurar el Delta del Ebro al estado en el que se encontraba antes de la tormenta "Gloria"? (evitaré ir a fechas anteriores para no fijar objetivos inalcanzables). Si fuera así, podríamos albergar alguna esperanza en que ahora sí, ya estamos consiguiendo frenar el retroceso del Delta.

Para comprobarlo, elegiremos dos imágenes del Delta del Ebro procedentes de la base de datos de la colección Landsat 8-9 obtenidas del USGS y procesadas con QGIS. La imagen de referencia es del 5 de enero de 2020, 14 días antes de "Gloria" y la imagen de comparación es del 24 de enero de 2024, cuatro años después.

Compararemos los contornos deltaicos por superposición del contorno de 5 de enero de 2020 (en trazo amarillo) sobre una imagen (banda 7 de Landsat 9) del 24 de enero de 2024. Y extraeremos las conclusiones pertinentes.

Figura 2: Cap de Tortosa y extremo oriental del Delta. (Clic sobre la imagen para agrandar).


Los números negativos expresan retroceso deltaico (en metros) y los positivos acreción (avance). Donde no hay indicación numérica se acepta como equilibrio respecto a la situación de 5 de enero de 2020.

Figura 3: Barra del Trabucador y Punta de la Banya, en el sur del Delta. (Clic sobre la imagen para agrandar).


Figura 4: Zona Norte del Delta, el Fangar y playas de la Marquesa. (Clic sobre la imagen para agarndar)


La conclusión directa es que el Delta sigue retrocediendo frente al mar, y que el trabajo realizado durante estos cuatro últimos años solo ha conseguido suturar las heridas más sangrantes (en la Isla de Buda, Barra del Trabucador y dunas de la playa de la Marquesa) pero el enfermo continua debilitándose.

Dicho de otra manera, lo hecho hasta hoy, es claramente insuficiente y sigue sin garantizar el futuro del Delta. 

Lamentablemente, era lo esperado, ya que la mayor amenaza procede del dèficit de sedimentos aportados por el río Ebro en la desembocadura, sedimentos que van quedando atrapados en los numerosos embalses y redes de canales y regadíos de la cuenca hidrográfica del Ebro. Y no debe disimularse este problema con las repetidas alusiones al ascenso del nivel del mar consecuencia del Cambio Climático.

Todos los deltas del mundo tienden a compactarse y sufrir hundimiento; solo el continuo aporte de sedimentos fluviales compensa la subsidencia natural. Si este aporte disminuye, el resultado neto es la victoria por goleada de la acción erosiva del mar. 

En el Plan de Protección del Delta figura la voluntad de "estudiar" el problema de la retención de sedimentos en los embalses.

¿Aguantará el Delta hasta que esa voluntad de estudiar el problema concluya en acciones concretas? 

Creo que deben darse prisa.  

Desde el verano de 2020 hemos tenido la fortuna de no sufrir embates directos de nuevas tormentas en el Delta de la magnitud de las de 2017 y 2020; si bien en los diez últimos meses (2023) se han registrado tres temporales en el Mediterráneo occidental, estos no han afectado directamente al Delta, han tenido una localización más al sur, sobre la Comunidad Valenciana y Murcia principalmente.

Pero, en un contexto de más energía y más vapor de agua acumulados en la atmósfera seguramente que llegarán nuevos episodios como "Gloria".

¿De nuevo todo quedará reducido a hablar del ascenso del mar y del Cambio Climático?. 

Aferrado a un pequeño rayo de esperanza, terminaré con una imagen, en la que además de su valor estético, podemos observar una de la muchas razones por las que debemos permitir la llegada de sedimentos hasta el mar. El agua (con sedimentos) que los ríos aportan al mar no es agua que se desperdicia, entre otras cosas, es necesaria para la conservación de las playas y para el "abonado" con nutrientes (procedentes del continente) del ecosistema marino.  

 Figura 5Imagen en falso color, 24 de enero de 2024. Landsat 9 (bandas 5,3,2).  (Clic sobre la imagen para agrandar)

Se hace visible la acción del Delta en la conservación de las playas y de la dinámica sedimentaria litoral general (Castellón y norte de Valencia). La influencia  del Delta llega a más de 130 km de distancia hacia el sur.

 Si te gustan las playas de Peníscola, salvemos el Delta.


Otras publicaciones sobre el Delta del Ebro en este Blog:

El Delta del Ebro: 36 años de cambio resumidos en imágenes. (14 febrero 2021)

El Delta del Ebro, afectado por la Covid-19. (28 julio 2020 ).

El Delta del Ebro: ya no sostenible, dificilmente soportable. (8 febrero 2020).

El Delta del Ebro: evaluación de junio de 2018. (30 junio 2018).

La supervivencia del Delta del Ebro: buenas y malas noticias. (1 julio 2017).

El Delta del Ebro: efectos del temporal de enero de 2017. (11 marzo 2017).

El faro de Buda, testigo mudo de la transformación del Delta del Ebro. (2 enero 2017).


domingo, 21 de enero de 2024

 A vueltas con la Transición Energética.

Iosu Marruedo. Biólogo

Habitualmente escuchamos la expresión "Transición Energética" en el contexto de la solución necesaria (así, en singular) para remediar todos los males presentes y futuros causados por el fenómeno del Cambio Climático.

Y como esa es la solución propuesta, en consecuencia, llevamos ya unos años de recomendaciones (y subsidios con fondos estatales) para reorientar la producción de bienes de consumo en ese sentido. A la sombra de la Transición Energética aparecen nuevos mercados, nuevos productos, nuevo consumo ....

¿Pero realmente se están resolviendo los problemas ambientales denunciados?

Quizás sea la campaña de promoción del coche eléctrico el ejemplo emblemático de este "nuevo mercado de productos verdes", que crea nuevos objetos de deseo para el consumidor con el aval de "ecológico" "sostenible" "bio" ... o cualquier otro calificativo similar. 

Entre estos nuevos productos y ocasiones de negocio podríamos citar otros ejemplos, como la producción de hidrógeno verde, energía solar, energía eólica, ámoniaco verde (combustible para barcos), instalaciones industriales de recaptación de CO2, la especulación en el mercado de valores con los derechos de emisión de CO2  .... pero, por su repercusión mediática, me pararé a analizar el caso del coche eléctrico.

No se si también a tí, lector, te parecerá notable la presión que reorienta nuestro consumo hacia la compra de vehículos eléctricos, acto presentado como esencial para poder llevar a cabo la mencionada solución de manos de la Transición Energética. Podemos aceptarlo así y sentir una doble felicidad, por estrenar vehículo a la moda y por sentirnos a la vez protagonistas de la salvación del planeta.

O bien, ir un poco más allá y hacer una reflexión en la "trastienda" de esta nueva oferta de consumo de productos verdes.

Quizás esa reflexión nos haga ver que la economía de Libre Mercado se está adaptando ágilmente a la nueva coyuntura creada por el discurso del Cambio Climático; nuevos bienes de consumo, más caros .... y todo ello sin levantar el pie del acelerador del motor productivo, aumentando continuamente la magnitud de la energía y materias primas necesarias para su funcionamiento y persiguiendo como siempre el aumento de los beneficios. 

Según las cálculos que hace Antonio Turiel (Doctor en Física Teórica por la UAM e investigador del CSIC, ver aquí) en lo referente al coche eléctrico:

En la actualidad, extraemos aproximadamente 100.000 Tm de litio metálico al año (total minería mundial). 

Si todo ese litio se empleara en hacer vehículos eléctricos, se podrían fabricar unos 8 millones de coches al año ( de gama media y autonomía media). Nada de tablets, ni ordenadores, ni móviles, ni sistemas de guía para misiles .... . Solo coches eléctricos de gama media.

Actualmente se están fabricando entre 80 y 100 millones de coches al año (según el año). Se estima que el número de coches en el mundo es de unos 1.400 millones.

Para sustituir todos esos coches por vehículos eléctricos privados al ritmo de 8 millones por año, necesitaríamos 175 añosAñadamos a esto las dificultades cada vez mayores de disponibilidad de cobaltoníquel y, especialmente, cobre.

Considerando estos datos, es evidente que existe un gran desfase entre ritmo de producción y tamaño del objetivo a conseguir; además, probablemente a mitad de camino nos quedaríamos sin litio. En pocas palabras, no hay coche eléctrico para todos; no puede haber sustitución global del actual parque móvil mundial.

Entonces, si el vehículo eléctrico no puede ser la solución global de movilidad y acabe siendo tan solo un adorno elegante de las sociedades de los países del primer mundo ¿a qué viene todo esta campaña mediática? 

Lo que estamos conociendo es una campaña comercial. Todo indica que seguimos inmersos en el viejo escenario de luchas por el control del mercado, donde todo vale y la supresión de arbitrajes e intervención reguladora de los Estados es un objetivo reclamado otra vez, con fuerza, por los grupos de derecha y ultraderecha que acceden a los Gobiernos; solo que ahora pelean por competir en vender productos diferentes. A las batallas geopolíticas conocidas desde el siglo XIX por el petróleo y gas, se añade ahora una nueva batalla geopolítica por colocar coches eléctricos "baratos" y vencer a la competencia.

En este terreno, China se lleva el primer puesto, ya que gracias a las ingentes ayudas del estado chino (11 años de subsidios, hasta 2023) y de los bajos salarios, el auge de los coches eléctricos chinos (más baratos que los europeos) es imparable. Casi la mitad de los existentes en el planeta (más de 18 millones) son chinos. 

Y esa campaña comercial, además, está resultando ser una eficaz vía de transferencia de dinero del sector público hacia bolsillos privados (lo mismo en China que en Europa y EEUU).

Esto último ha quedado en evidencia después de que Alemania (país con el mayor número de ventas de vehículo eléctrico en Europa) eliminara las ayudas a la compra de un vehículo eléctrico (6.500 € para la compra de vehículos que no superen los 40.000 €). Inmediatamente, todas las marcas han rebajado sus precios. Tesla incluso ofrece financiación al 0%.

Me atrevo a afirmar que no hay esperanza de solución ambiental en medidas que solo proponen el cambio del objeto de consumo, pero mantienen intactos los dogmas del sistema económico de Libre Mercado.

Esto significa que para avanzar hacia la solución sistémica de los problemas ambientales deberíamos abandonar el dogma del crecimiento infinito de los beneficios como objetivo central del sistema económico vigente, pactando y estableciendo límites, para lo que el arbitraje e intervención de los Gobiernos de los Estados es fundamental. 

Límites que consideren los Sistemas Naturales (la atmósfera, los océanos  ...) como bienes "fuera del mercado", no sometidos al uso que dicta la ley de la oferta-demanda y a la búsqueda del incremento de los beneficios sino al uso que dicta el bien común y la búsqueda de la disminución de las desigualdades. 

Parafraseando el viejo refrán que dice que no se puede sorber y soplar a la vez, deberíamos aceptar que la demanda creciente de energía y la descarbonización  de la actividad humana (plato fuerte de la Transición energética) son objetivos incompatibles. 

Las medidas que impulsan hacia la descarbonización deberían de acompañarse de iniciativas que promuevan un cambio del sistema económico global. 

Pero, en un escenario en el que la demanda de energía (y materias primas) sigue creciendo, todo lo anteriormente expuesto parece un cuento místico.

España, por ejemplo, no se desengancha del petróleo ni del gas; en 2022, casi el 70% del total de la demanda energética se obtuvo de fuentes fósiles. Sí ha disminuido fuertemente el uso del carbón, pero el consumo de petróleo y gas a vuelto a crecer desde su máximo en 2010, como puede observarse en esta imagen:

Figura 1. Fuente: Ministerio para la Transición Ecológica.

Es evidente que todavía hay mucha energía fósil para sustituir; aunque los avances en renovables han sido notables estos últimos 20 años, el panorama general (tal y como se pudo constatar en la última Cumbre del Clima) no está dando señales de "soluciones ambientales" sino, más bien, de "soluciones de mercado".

Y nosotros, ¿que podemos hacer como individuos?.
Propongo dos cosas:

a) En lo personal, y referente al acceso a la energía, actuar con prudencia, evitar todo derroche innecesario en nuestras actividades diarias aunque lo pudiéramos pagar, utiliza siempre las energías "menos sucias" que tengas a tu disposición (uso del vehículo, uso de la calefacción, elección de un nivel de consumo razonable, militancia en el reciclaje ...).
En lo cotidiano, deberíamos distinguir con claridad entre consumo sostenible y soportable. 
Soportable es el consumo energético que puedo pagar, independientemente de las consecuencias en el entorno. 
Sostenible es el consumo energético que corresponde al lugar que ocupo en el ecosistema, sin comprometer la supervivencia de éste.

b) En lo social, apoyar (también con mi voto electoral cuando corresponda) a partidos que defiendan la intervención de los Gobiernos en el sentido de establecer medidas de regulación y arbitraje frente al sistema económico de Libre Mercado, especialmente en lo relativo al acceso a la energía y bienes de consumo primarios (alimentación, salud, vivienda ..) primando la consecución del bien común y reducción de desigualdades frente al aumento de los beneficios.

Crecer demanda energía y materias primas; cuando consumimos energía inevitablemente generamos residuos, y calor. Y alteramos el entorno.

Quizás sea ya el momento de poner límites al crecimiento.

El problema de un sistema económico asentado en el objetivo del crecimiento infinito reside en que la producción de residuos y calor también será infinita; no se trata solo del CO2, ni de la temperatura superficial global, ni del Sistema Clima.
El problema va mucho más allá, pues está en juego la salud de todos los Sistemas Naturales, generando un escenario de contaminación global y desigualdad social (los residuos y la basura no suelen acumularse en los países que los producen; suelen acabar en los países del llamado tercer mundo, aumentando la desigualdad) .

Quiero terminar tomando prestada una sentencia de Antonio Turiel, quien, acertadamente, ha sido capaz de resumir en nueve palabras lo que yo he intentado expresar con incierta claridad en 31 párrafos: 

"Crecer por crecer es la filosofía de un tumor

Insuperable.

domingo, 15 de octubre de 2023

 ¿Por qué hace tanto calor? 

Iosu Marruedo. Biologo

Fue llamativo, por lo excepcional, el calor que percibimos en el hemisferio norte el pasado verano de 2022. Temperaturas muy elevadas sostenidas durante un elevado número de días. También este último verano (2023) y lo que llevamos de otoño, nos están "regalando" unas temperaturas de récord, generando no poca asombro en el mundo científico y en la opinión pública.

Si observamos los datos del registro satelital de la UAH ( desde 1979, fuente Roy Spencer, PhD) :

Click sobre la imagen, para ampliar.

En la gráfica anterior podemos constatar el gran salto de la anomalía de temperatura en la troposfera inferior de junio a julio de 2023 (tan solo en un mes, de +0,38ºC a +0,64ºC), seguido de un continuo ascenso durante agosto y septiembre, alcanzando valores de anomalía no vistos ni tan siquiera durante los muy intensos episodios de "El Niño" de 1998 y 2016-17. 

Desde mayo hasta septiembre de 2023, en cuatro meses, la anomalía de temperatura se ha incrementado en +0,63ºC (de +0,27ºC a +0,90ºC); esto es un "salto" nunca visto con anterioridad.

Desde que existe registro mensual satelital de temperatura (538 meses, desde 1979) septiembre de 2023 se clasifica como el mes más cálido en Tierra Global y en Océano Global, el segundo más cálido en el Hemisferio Norte, el primero en el Hemisferio Sur, el cuarto en Océano Global Hemisferio Norte y el primero en Océano Global en el Hemisferio Sur.

¿Qué está pasando en el Sistema Clima?

¿El calor excepcional de los veranos de 2022 y 2023 (incluído el inicio de este caluroso otoño) coincide con lo que ya se predecía en los modelos climáticos del IPCC y por lo tanto prueba la validez de éstos?

¿Es la evidencia que confirma la Teoría del Cambio Climático, tal y como nos lo vienen contando desde hace años, atribuyendo al incremento de emisiones de CO2 de origen antrópico (y otros gases EI) la principal responsabilidad del calentamiento? 

Ante estas preguntas, nos vamos a encontrar con dos modelos de respuesta:

El modelo de respuesta cerrada,  que nos dice que, en efecto, todo es Cambio Climático. Este modelo de respuesta vincula todos los fenómenos meteorológicos observados (periodos de sequía, elevadas temperaturas, DANA mediterránea ...) con la anunciada galería de impactos ambientales derivados del calentamiento global. Casi todo es ya sabido pues tenemos una Teoría que lo explica, el Cambio Climático:

a) el fenómeno del Calentamiento Global y sus consecuencias son ya  suficientemente conocidos. Sabemos qué está ocurriendo. 

b) tenemos un culpable identificado (las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero de origen antrópico). Sabemos por qué está ocurriendo.

c) y además sabemos que tenemos que hacer para revertir esta situación. Se han definido unas pautas de acción organizadas en tres áreas: avanzar en el proceso de transición energética para independizarnos de los combustibles fósiles (grandes inversiones económicas en nuevas áreas de negocio), ejecutar acciones de mitigación de "daños climáticos" allí donde ya se están produciendo (nuevas inversiones económicas y nuevas oportunidades de negocio) y definir y ejecutar un sistema de sanciones aplicable a los estados que se salgan del camino acordado (se entiende, de lo acordado en las sucesivas Cumbres del Clima).   

El modelo de respuesta abierta,  en este caso, percibimos el Sistema Clima como un sistema muy complejo, de evolución caótica, resultado de la interacción de numerosos agentes (los llamados agentes climáticos, hasta superar la decena) que actúan con diferentes velocidades y sentido. En este modelo abierto admitimos límites al conocimiento de lo que está pasando, cierta ignorancia sobre el funcionamiento de ese complejo sistema de interacciones. No lo sabemos todo (por ej, cual es el desencadenante de la oscilación "El Niño", la "lógica" de los patrones de nubosidad asociados ...).  

Ante la evidencia del aumento de temperatura global, se aboga por respuestas de reducción energética (reducción o contención del consumo de energía) junto con las de transición energética (hacia fuentes de energía no dependientes de los combustibles fósiles).

En este modelo, se propone actuar de modo global contra el problema de la contaminación de los Sistemas Naturales, más allá del objetivo de reducción de la emisión de gases EI a la atmósfera. Actuando de modo sistémico contra la contaminación, el objetivo de reducción de la emisión de gases EI se alcanzaría como efecto asociado, junto con la reducción de residuos plásticos, residuos tecnológicos, bélicos .....   Y después, que el Sistema Clima evolucione como sea, sin especular sobre si revertirá al estado preindustrial, al estado del siglo XV o al siglo XI.

En este sentido, y para quienes crean que aquí hay algo más que el aumento de emisiones antrópicas de CO2, les presento a continuación un listado de otras posibles causas, que podrían explicar el extraordinario calentamiento observado en el Hemisferio Norte durante estos tres últimos meses de 2023.

Hablemos de esas probables "otras causas" según diferentes expertos:

1.- Continua el aumento de concentración de CO2 en la atmósfera. (Fuente The Keeling curve)

Clik sobre la imagen, para ampliar


Como puede observarse en la gráfica de la curva de Keeling , la concentración de CO2 continúa en aumento. En octubre de 2022 era de 415 ppm y en octubre de 2023 es de 418.04 ppm.
El continuo incremento del consumo de energía fósil en el planeta, más el impacto de los agrobiosistemas intensivos unido al efecto de los numerosos incendios que hemos padecido este verano y las emisiones procedentes de fuentes naturales (vulcanismo, desgasificación de océanos .....) la concentración atmósférica de CO2 sigue aumentando, y con ello, también el calentamiento por forzamiento radiativo.

2.- Efecto de la erupción del volcán Hunga Tonga en enero de 2022

La erupción del Hunga Tonga el 15 de enero de 2022 alcanzó un índice de explosividad volcánica (VEI) de 5,7, la erupción más intensa desde la del Monte Pinatubo en 1991, que obtuvo un VEI de 6. Este índice tiene en cuenta el volumen de materiales expulsados y la altura de la nube; adopta valores entre 0 y 8 (para los cataclismos más extremos).

En este enlace puedes leer el artículo sobre los posibles efectos de esta erupción volcánica, un año después.

En los medios de comunicación del estado español la noticia de la "posible influencia" de la erupción del Hunga Tonga en el calentamiento terrestre ha tardado 15 meses en llegar.

Las investigaciones en curso recomiendan gran prudencia en las conclusiones y piden más tiempo de observación; aun así, se atreven a afirmar (copio extracto literal de algunos de los diferentes equipos que investigan el fenómeno):

.." la erupción del HT ha proporcionado la primera evidencia observacional de una hidratación estratosférica causada por un volcán (debido a su ubicación submarina) .Se espera que la hidratación de esta capa atmosférica persista durante años, afectando a diversas variables climáticas (circulación atmosférica, ozono estratosférico, balance radiativo ..)" ... (fuente  Communications earth & environment  estudio realizado por  Sergey Khaykin y otros,ver aquí) .

.." la gran perturbación de vapor de agua causada por la erupción del HT significa que probablemente aumentará el forzamiento radiativo neto (calentamiento) algo inusual para una gran erupción volcánica (que suelen causar enfriamiento debido principalmente a los aerosoles de sulfato)." ... 

..." El volcán HT tiene un efecto tangible en la posibilidad de superar de manera inminente el límite de 1,5ºC de anomalía de la temperatura global de la superficie terrestre (objetivo fijado en la Cumbre del Clima de París, 2015), aumentando en un 7% la posibilidad de que al menos uno de los próximos 5 años supere ya los 1,5ºC "... .  (fuente, Nature climate change publica un artículo elaborado por Stuart Jenkins y otros, ver aquí)

De lo señalado anteriormente hay dos profecías que empiezan a cumplirse: El efecto de aumento notable de la temperatura en superficie (veranos de 2022 y 2023) evidenciado en la observación de la anomalía de temperatura y la aceleración de los procesos de destrucción de ozono estratosférico. 

A este respecto, cabe señalar que el tamaño del agujero de ozono sobre la Antártida fluctúa periódicamente, aumentando progresivamente de agosto a octubre, alcanzando un máximo entre mediados de septiembre y mediados de octubre. Este año ( a 16 de septiembre de 2023) el tamaño alcanzado ha sido extraordinario, llegando a los 26 milones de km2, tres veces la extensión de Brasil. 

¿Cual será el efecto de este suceso en la radiación entrante sobre la Antártida? ¿Afectará a la masa de hielo antártico acelerando su reducción? Todavía no lo sabemos, habrá que esperar a las investigaciones en curso.


3.- Reducción de las emisiones de SO2 en la ruta marítima del Atlantico Norte. Mejora la calidad del aire y disminuye el impacto por lluvia ácida pero produce calentamiento.

Los grandes cargueros, petroleros, cruceros y otros buques que recorren los mares lanzan al aire grandes cantidades de gases EI (el tráfico marítimo es el responsable del 13,5% del total de estas emisiones). Uno de esos contaminantes, los óxidos de azufre (que afectan al sistema respiratorio y causan la lluvia ácida) han sido limitados en el Mar del Norte y Mar Báltico desde 2015. Allí se creó una zona de Control de Emisiones que obliga a los barcos a emitir mucho menos SO2. 

Resultado: las concentraciones de SO2 han disminuido espectacularmente desde entonces, entre un 20% y un 60% según la zona. 

Así, lo que en principio es una mejora ambiental tiene como contrapeso su contribución al calentamiento en una zona sensible de formación de hielo. El SO2 liberado a la atmósfera reacciona con el vapor de agua y contribuye a la formación de aerosoles de sulfato, nubes de pequeñas partículas que reflejan la luz solar y enfrían la baja troposfera.

La disminución de las emisiones de SO2, paradójicamente, está provocando un efecto de calentamiento en superficie (en una zona formadora de hielo, próxima a Groenlandia y al círculo polar ártico). 


4.- Efectos del inicio de una nueva fase de "El Niño" en el Pacífico.

El NCAR (National Center for Atmospheric Research) prevé que se desarrolle un episodio de "El Niño" para final de 2023 y 2024, con categoría de intenso o muy intenso.

Los episodios de "El Niño", si bien se desarrollan en el Pacífico Sur, afectan a la mayoría de continentes y océanos. Los cambios de circulación atmosférica que generan afectan al clima de todas las partes del mundo de manera más o menos extrema según su intensidad. 

En general, suele causar calentamiento, con un aumento de la temperatura superficial global en el planeta y una disminución del albedo terrestre (la energía solar reflejada por la Tierra), junto a una diversidad de fenómenos meteorológicos locales, como lluvias en la costa oeste de sudamérica, un invierno más seco en el sur de EEUU ....


5.- Cambios en el albedo terrestre, sobre todo en las zonas polares.

Se denomina albedo a la relación porcentual entre la cantidad de energía solar incidente y la cantidad reflejada por cualquier superficie u objeto. 

En el caso de la Tierra, el albedo terrestre es de 0.3, lo que significa que aproximadamente el 30% de la radiación incidente es reflejada y no calienta la superficie del planeta. De ese 30%, el 23% se debe al reflejo de la atmósfera (nubosidad, aerosoles ..) y el 7% al reflejo de la superficie.

La disminución de cobertura nubosa (uno de los efectos globales de "El Niño") suele ocasionar una importante disminución del albedo terrestre. 

Los cambios en superficie, como la reducción de la cubierta de hielo y nieve, el cambio de usos del suelo ... también pueden ocasionar importantes variaciones de albedo, con diferente sentido. Así, por ej.  la reducción de la cubierta de hielo disminuye el albedo (ocasionaría calentamiento en superficie) y la extensión de la superficie desertizada, cubierta por arena, aumenta el albedo (enfriamiento en superficie) ...

Como ves, los continuos cambios de albedo, consecuencia de los cambios en la atmosfera y en la superficie continental y oceánica abren un inmenso campo de juego entre el balance de energía entrante y reflejada.

¿Podría estar produciéndose en la actualidad una circunstancia de simultaneidad en la acción de estos cinco agentes señalados que explicaría el salto de temperaturas observado? 

O bien, ¿aceptamos que el Sistema Clima puede controlarse por un mecanismo de botón único (actuando sobre las emisiones de CO2) y que la insistencia en oprimir ese botón lo suficientemente fuerte y durante el suficiente tiempo nos llevará hacia el año climático de 1885 (por no decir otro año)?

Observación de las evidencias y libre elección.


domingo, 23 de julio de 2023

 El impacto silencioso del calentamiento del subsuelo urbano.

Iosu Marruedo. Biólogo


El pasado 11 de julio (2023) la revista Communications engineering publicó el articulo (ver aquí) titulado The silent impact of underground climate change o civil infrastructure, (autor Alessandro F. Rotta Loria).  

Con anterioridad, ya en este mismo blog, nos hemos referido a la importancia de las islas urbanas de calor y a la probable interferencia que éste fenómeno ocasiona en la determinación de la magnitud y ritmo del Calentamiento Global. 

En el estudio que arriba se cita, Alessandro F. Rotta Loria utiliza como sujeto el subsuelo del distrito financiero de Chicago (Chicago Loop), estableciendo un punto de referencia para contraste en Grant park, una zona verde próxima al lago Michigan. 

Llega a las siguientes conclusiones (resumen):

1.- El suelo debajo de las grandes áreas urbanas se está calentando, lo que genera más islas de calor subterráneas. Este calentamiento subterráneo tiene dos tipos de causa: una antropogénica (derivada del conjunto de actividades humanas que consumen energía y libera calor como residuo) y otra meteorológica.

2.- La causa principal (de desarrollo rápido, a escala de años) consiste en perturbaciones térmicas del subsuelo debido a la actividad humana. Los edificios e infraestructuras inyectan (por conducción) continuamente calor al subsuelo, debido a pérdidas térmicas asociadas a la calefacción interior. Se añade a esto el efecto del transporte subterráneo, uso de túneles, frenado de trenes y vagones de metro, acumulación de viajeros, aparcamientos subterráneos, cables de alta tensión ...

3.- También las influencias meteorológicas contribuyen (secundariamente) al calentamiento del subsuelo. El aumento de la temperatura del aire sobre el suelo debido a la radiación solar recibida y otras fuentes de calor (emisión de calor por parte de los materiales de construcción, superficies asfaltadas ...) ayuda al establecimiento de la isla de calor urbana y, en consecuencia, como si fuera su huella térmica, de la isla de calor en el subsuelo.

4.- Para alcanzar sus conclusiones, el autor ha utilizado un modelo informático alimentado con datos que su equipo recopiló a través de una red de 150 sensores instalados en el subsuelo de Chicago (Chicago Loop) y en Grant Park, espacio verde elegido como punto de referencia para contraste. En el subsuelo percibe importantes desplazamiento y deformaciones (varios mm de hundimiento del suelo) que, en algún caso, podrían ser incompatibles con los requisitos operativos de las estructuras civiles. Los datos de los sensores indicaron que la temperatura del subsuelo del distrito financiero de Chicago llegó a ser 10ºC más elevada que en Grant Park.

5.- Recomienda, en consecuencia, que este calentamiento subterráneo sea considerado en las futuras estrategias de planificación urbana para evitar posibles daños y mal funcionamiento estructural.

Hasta aquí las conclusiones aportadas por el estudio.

Añadamos ahora la reflexión.

Tanto el fenómeno isla urbana de calor como el calentamiento del subsuelo tienen su origen en la emisión de calor derivada principalmente de la intensa actividad humana que se produce en las grandes ciudades, y, secundariamente, también por causas meteorológicas (radiación solar recibida, movimiento de masas de aire, patrones de nubosidad ...).

La causa principal (la antropogénica) no aparece vinculada con el tipo de fuente de energía utilizada para la realización de las actividades que generan el calor residual, sino con la magnitud de su consumo. El calor es tratado como un residuo más de la actividad humana, como los plásticos ...

¿Habría alguna diferencia en el calentamiento del subsuelo si la misma cantidad de energía consumida procediera de aerogeneradores? ¿Desaparecería la isla de calor en el subsuelo?

¿Podemos seguir poniendo la reducción de emisiones de CO2 en el centro de la diana hacia la que apuntan los esfuerzos de la llamada transición energética? Es evidente que la respuesta a ésta y anteriores preguntas es NO. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero es un objetivo insuficiente.

En el centro de la diana hacia donde todos los esfuerzos debieran apuntar deberíamos poner la reducción del consumo de energía (sí, de las fuentes menos contaminantes que dispongamos, pero reducción), acompañada de la reducción del uso de recursos y materias primas. Si consiguiéramos avanzar hacia la reducción del consumo energético, el objetivo de la reducción de gases de efecto invernadero se conseguiría por añadidura.

Personalmente, desconfío de las iniciativas que promueven medidas para la reducción de los gases invernadero pero evitan cualquier regulación que pueda poner límites al consumo de energía. Sin embargo, este es el escenario que tenemos hoy: la demanda global de energía sigue en aumento a la vez que se realizan enormes inversiones económicas en sectores como el coche eléctrico en nombre de la transición energética. ¿Alguien explicará algun día que si el aumento de demanda energética continua más rápido que el avance en fuentes renovables, éstas no podrán nunca sustituir a aquellas sino que solo serán un complemento elegante de los países ricos?.

Los países desarrollados, el llamado primer mundo, deberían aceptar dar pasos hacia el decrecimiento, su decrecimiento (abandonar el objetivo del crecimiento por el crecimiento) , a la vez que deberían permitir y facilitar el acceso a la energía de los "menos afortunados" (los también conocidos como países en vías de desarrollo).

Creo que se puede decir que los problemas globales más acuciantes que padece la Humanidad son la contaminación de los Sistemas Naturales (por residuos, incluyendo el calor) y la desigualdad en el acceso a la energía (es decir, al desarrollo económico y social).

Tan solo el esfuerzo de los más ricos aceptando dar algún paso hacia su decrecimiento (relocalizar, redistribuir, reducir, reutilizar ...) nos acercaría hacia el objetivo de la reducción de residuos (considerando el calor como un residuo más, como los plásticos, los óxidos de nitrógeno, como los residuos fitosanitarios y los derivados de la actividad bélica, como la basura tecnológica ...etc).

El artículo de Alessandro F. Rotta (creo que sin pretenderlo) pone el acento en los excesos y peligros del modelo de consumo energético (y recursos) de las grandes ciudades. Es como si en ellas se condensaran todos los errores del desarrollismo neoliberal. Y todo esto sin hacer alusiones al CO2 y concediendo una gran autonomía al papel de la meteorología y del Clima.

Asombroso.

domingo, 19 de febrero de 2023

 El Plan Hidrológico y el año electoral.

Iosu Marruedo. Biólogo

Transcurría el año 2001 cuando el Gobierno presidido entonces por José María Aznar (PP) elaboró un Plan Hidrológico Nacional (PHN, un proyecto de gestión hídrica para el Estado español) en el que el  principal proyecto era el trasvase del Ebro para transferir agua desde la cuenca del Ebro a Barcelona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Almería. 

Este PHN fue posteriormente aprobado por el Parlamento español durante la legislatura 2001-2004, llegándose a publicitar en el BOE las primeras licitaciones para el inicio de las obras y celebrándose el acto de colocación de la primera piedra de las obras de trasvase en Almería (2004) con el presidente Aznar como primera autoridad presente. 

2004 era año electoral.

Sin embargo, la pérdida de las elecciones generales de 2004 y la formación de nuevo gobierno presidido por Zapatero (PSOE), llevaron a la paralización del plan de 2001 y su posterior anulación (2005) con la elaboración de un nuevo Plan Hidrológico Nacional en el cual, el trasvase del Ebro se sustituía por el llamado proyecto A.G.U.A. con 3900 millones de euros de inversión (inversión inicial estimada).

Este proyecto A.G.U.A. preveía asegurar la disponibilidad de 1163 hm3/año en las cinco provincias ( además de incluir a Málaga y Gerona); de esa cantidad, 448 hm3/año se obtendrían por medio de la mejora de gestión, ahorro, renovación de infraestructuras y reutilización, y los otros 715 hm3/año restantes por medio de desalación. 

Estamos en febrero de 2023, también año electoral (municipales, autonómicas y generales) y con la experiencia reciente de un verano muy caluroso y seco. 

Recuerdo las declaraciones del ministro de Fomento, Alvarez Cascos, en 2001, exponiendo su argumento fuerte a favor del trasvase del Ebro ..." el agua del Ebro que se pierde en el mar es necesaria para asegurar el progreso y desarrollo de Málaga, Murcia, Almería" ... 

Los partidos y grupos de la derecha española tradicionalmente han mantenido una visión desarrollista respecto al uso del caudal de los ríos, un recurso útil para la obtención de beneficios económicos. Ha predominado en sus planteamientos la consideración de los ríos como meros canales que llevan agua; nunca han considerado a los ríos como sistemas ecológicos que interaccionan con el resto de sistemas, y que son además piezas fundamentales del ciclo del agua. 

Y ... como estamos otra vez en año electoral, en plena búsqueda de votos, de nuevo se escuchan con fuerza los argumentos de Alvarez Cascos (2001), pero esta vez en boca de nuevos protagonistas (principalmente PP y VOX). 

Así es el caso, por ejemplo, del artículo de C. Jordá (de agosto pasado) publicado en la web de LibreMercado (el nombre de la web ya nos puede dar una pista de por donde va el discurso).

Juan Manuel Moreno Bonilla (Presidente de la Junta de Andalucía) publicaba recientemente que ..." el embalse de Olivargas libera agua y que ya se ha tirado al mar 22 hm3, lo que consume Huelva en dos años" ...   

El 10 de febrero, el diputado de VOX Jose María Figaredo interpelaba en el Parlamento a la ministra Teresa Ribera ..."estamos desperdiciando nuestra agua. En España se pierde cada año muchísima agua, hectómetros cúbicos que son vertidos al mar sin motivo alguno"... .."¿Por qué quiere usted dejar a media España sin agua?"...

Frente a esta visión desarrollista, que pretende llevar  agua allí donde ésta actúa como factor limitante para obtener el mayor crecimiento y beneficio económico en el menor plazo posible, tomaré por bueno el dicho de una imagen vale más que mil palabras, y presentaré dos imágenes intentando hacer visible lo que para muchos parece invisible:

Imagen 1. Imagen en falso color procesada a partir de la base de datos de Landsat 9. Las bandas y el brillo de la imagen se han adaptado para resaltar la deriva de los sedimentos de arenas medias y finas en una época (21 de enero de 2023) sin tormentas ni grandes avenidas de caudal del Ebro.

 

Imagen 2. Imagen en falso color procesada a partir de la base de datos de Landsat 8. Corresponde al 21 de abril de 2018, tras una gran tormenta e intensas precipitaciones. Las bandas seleccionadas y el brillo se han adaptado para resaltar el aporte de fracción fina y limos.  

Aparece aquí el Ebro como representante de los grandes ríos de la Península Ibérica, pero las reflexiones y consideraciones que veremos a continuación tienen la misma validez para el Llobregat, Júcar, Segura, Guadiana, Guadalquivir  .....

1.- De los sedimentos y "abonado" orgánico-inorgánico (nitratos, fósforo .....) que aporta el Ebro depende el futuro próximo del Delta, acosado por la acción erosiva del mar. Los edificios deltaicos son el resultadode un diálogo entre la acción constructora del río y la acción erosiva y transportadora del mar. Por su propia naturaleza, los deltas tienden a compactarse y hundirse. El continuo aporte de sedimentos fluviales es el factor decisivo para su supervivencia.

Si el río es silenciado y deja de aportar caudal con sedimentos, el futuro del Delta se verá comprometido sin remedio, hasta su desaparición. Más regadío en la cuenca hidrográfica del Ebro equivale a menos Delta.

2.- Del material que el Ebro aporta al mar dependen también las playas desde el Delta hasta el cabo de Cullera en Valencia. En España se gastan cada año decenas de millones de euros en reponer playas y arenales, reparando daños estéticos y paisajísticos que afectan gravemente al turismo de sol y playa. 

También la protección del litoral frente a los temporales pasa por garantizar que la dinámica litoral suministrará los sedimentos necesarios para mantener las barreras naturales que protegerán cultivos, edificaciones e infraestructuras. Por lo tanto, es indispensable permitir que estos sedimentos lleguen al mar.

 Màs infraestructuras (embalses, canalizaciones ..) en la cuenca del Ebro equivale a menos dunas y menos playas en Castellón y mayor desprotección ante los temporales del Mediterráneo.

3.- Los arrozales del Delta, las praderas de Posidonia, la pesquería de sardinas (y otras especies) en Tarragona .... también dependen del material que el Ebro entrega al mar. El aporte de materia orgánica y minerales es indispensable para el sostenimiento del ecosistema marino litoral.

4.- El Delta del Ebro es un habitat fundamental para cientos de especies de vertebrados, fundamentalmente aves. Allí nidifican 95 especies, pero invernan, reposan y se alimentan durante las migraciones otras muchas especies. En el Delta del Ebro se han catalogado 316 especies de aves, de las 600 especies existentes en Europa.

Menor aportación de caudal al Mediterráneo equivale a menor biodiversidad en el Delta; los movimientos migratorios de numerosas especies de aves hacia/desde centroeuropa se verán afectados, así como las funciones que éstas desarrollan en sus respectivos habitats. 

5.- Proteger la biodiversidad (animal y vegetal) tanto en el conjunto deltaico como a lo largo del cauce del río (ecosistemas de ribera) garantizando caudales ecológicos verificables, ayuda al control de plagas, inundaciones, conserva la calidad del paisaje  ....


Pero .. ¿como convencer al agricultor de Murcia que decide sustituir su cultivo de naranjos por el de aguacates para que no lo haga? En el supermercado un kg de aguacates cuesta entre 7-12 € según variedad y 1 kg de naranjas entre 1,14-2,20 €. La diferencia de valor comercial es muy tentadora.

Ahora bien, producir 1kg de naranjas demanda unos 115 litros de agua y producir 1kg de aguacate entre 600-700 litros de agua. Es decir, su decisión y libre iniciativa necesita agua. En un año electoral ¿a quien extrañaría  que otorgue su voto a quien le prometa llevarle el agua? ¿O que apoye a un gobierno autonómico en cuyo Plan Hidrológico se fijen caudales ecológicos ridículos (por insuficientes) ?.

Quizás toda la argumentación anterior sea inútil para enfrentar la máxima del liberalismo económico imperante resumida en la búsqueda constante del aumento de los beneficios, planteado esto como como derecho del individuo, como expresión de su iniciativa y de su libertad. En el discurso liberal, cualquier regulación o intervención que ponga límites a esa iniciativa será considerada como un ataque a la libertad.

Pero después de la crisis de 2008, después de la pandemia ... no podemos ya seguir creyendo que los mejores instrumentos para la consecución del bien común y más justa distribución de la riqueza sean las leyes del Libre Mercado.

Nadie quiere condenar a la miseria a los agricultores de la España seca; se trata más bien de arbitrar, regular y poner límites al uso de los cauces fluviales, para conseguir un grado de desarrollo lo más sostenible posible, en un escenario (el estado español) en el que ya existen 4.100.000 hectáreas de regadíos (sin contar los ilegales), lo que nos está acercando a una situación de crash hídrico inevitable.

En este contexto de año electoral (y de año de escasas precipitaciones), el Gobierno acaba de aprobar (enero 2023) mediante Real Decreto la mayoría de los Planes Hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas del tercer ciclo de planificación 2022-2027.

Elaborar unos buenos planes hidrológicos podría ser esa necesaria herramienta de regulación y establecimiento de límites que antes hemos citado. 

A lo largo de los años los documentos de planificación hidrológica que hemos conocido (iniciados en los años 90) consistían principalmente en listados de obras (en su mayoría grandes infraestructuras hidraúlicas) y listados de cientos de miles de hectáreas de regadíos. Pero, lentamente (aunque de modo desigual según Autonomías) con el avance de los años, los planes hidrológicos han ido incorporando poco a poco aspectos ambientales.

En los planes aprobados en enero pasado se han fijado caudales ecológicos (aunque en general insuficientes)  en casi todas las masas de agua, y se han declarado más de 500 km de reservas naturales fluviales, alejándose algo de los simples listados de obras y nuevos regadíos que eran antes. 

Pero, aunque hay que reconocer esas mejoras, la situación es muy desigual, ya que mientras en los planes de Cantábrico Occidental y Oriental y Melilla se aprecia una clara evolución hacia lo que realmente debe ser un documento de planificación hidrológica (considerando los ríos como ecosistemas fluviales), otros planes han evolucionado mucho menos, y siguen apostando por la creación de nuevos regadíos y presentando un buen listado de obras hidraúlicas de gran impacto ambiental (es el caso de los planes hidrológicos del Ebro, Duero y Guadalquivir). 

Parece que tanto el Gobierno Central como el Ministerio de Agricultura no acaban de desprenderse del alma desarrollista del pasado, cuando insisten en apoyar activamente la expansión del regadío como si los recursos hídricos fueran infinitos. 

Sirva de ejemplo el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha donde la superficie regada se ha incrementado en los últimos 25 años en un 64,72% (sin contar el regadío ilegal).  O  también el de la Comunidad Autónoma de Andalucía, la que cuenta con más superficie regada de España, que incrementó en tan solo 15 años  (2005-2020) algo más del 29% (también sin contar el regadío ilegal). Y que decir de la pereza e inficacia de la Administración hidraúlica a la hora de hacer frente al regadío ilegal (o se propone directamente convertir en legales los regadíos ilegales, como ha solicitado VOX en Andalucía para el entorno de Doñana).

También se puede observar que las medidas de ahorro hídrico realmente no son tales, pues el agua "liberada" se utiliza en nuevos regadíos; y la mayoría de las veces, a cuenta de exprimir un poco más el caudal ecológico (reduciéndolo), cuando éste no debiera ser considerado un uso más del agua en competencia con los demás, sino una restricción previa al resto de usos (y no indemnizable).

Aunque, al menos en documentos, algo ha evolucionado hacia mejor, en la política hidraúlica en nuestro país se mantienen muchas tendencias del pasado y parece claro que no se van a solucionar los principales problemas actuales con el agua.

Un aumento continuado de la demanda hídrica combinado con una probable disminución de los recursos nos llevará inevitablemente al colapso hídrico (y su consecuente cadena de efectos en los sitemas de ribera, sistemas deltaicos y litorales, daños estéticos y paisajísticos, afección de la industria del turismo  ....). 

Pero es año electoral; barra libre para realizar ofertas en la subasta del voto agrario. Y si algo sale mal, siempre estará ahí el Cambio Climático para cargar con la responsabilidad. Responsabilidad difusa, culpa de nadie.


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