sábado, 11 de marzo de 2017

El Delta del Ebro: efectos del temporal de enero de 2017.
Iosu Marruedo. Biólogo.

Durante los días del 17 al 23 de enero (2017) el Mediterráneo occidental ha sido el escenario donde se ha desarrollado un fuerte temporal de nieve, agua y viento.
Este temporal originó una histórica nevada en el sureste de la península Ibérica, causando numerosos problemas de bloqueo e interrupciones del tráfico por carretera.
Pero además de la abundante precipitación de nieve, quizás lo más importante de todo este episodio fuera la formación de un fenómeno ciclónico al sur de Mallorca causante del intenso temporal de levante que ha provocado abundantes destrozos en todo el litoral, desde Gerona hasta Murcia, incluyendo las islas Baleares.
Los mapas meteorológicos del 21 de enero de 2017 mostraban un núcleo de bajas presiones al sur de la isla de Mallorca y una sucesión de isobaras muy próximas entre sí, indicador de un enorme gradiente de presión (1003 hPa en el "ojo" y 1010 hPa en el litoral de Castellón) origen de los intensos vientos y temporal marítimo que han impactado contra el litoral.
Además debemos recordar que las bajas presiones sobre el mar provocan la subida de nivel de éste (de manera más rápida e intensa que la dilatación por calentamiento) coincidiendo así potentes vientosy olas de hasta 5-6 m acompañando a la "mar alta".

Figura 1: La imagen de Eumetrain muestra la nubosidad en la zona afectada por la formación ciclónica:

Figura 2: Mapa de oleaje, según la web de Puertos del Estado correspondiente al 21 de enero de 2017. La zona en color negro corresponde a olas de 6 m.
Los daños en el litoral han sido numerosos: paseos marítimos destrozados, viviendas de primera línea de playa inundadas, embarcaciones hundidas, playas sin arena, ramblas destruidas .....

Cuando veía en televisión las noticias sobre el temporal, pensaba en qué es lo que estaría ocurriendo en uno de los elementos más valiosos y a la vez más frágiles del litoral Meditarráneo español; el Delta del Ebro.
¿Como estaría afectando la tormenta al Delta del Ebro?

He esperado hasta que en la base de datos de Landsat 8 se han incluido imágenes "funcionales" (es decir, sin nubosidad) del antes y después del temporal, con la intención de poder evaluar las alteraciones e impactos producidos en el Delta.

Figura 3: Extremo oriental del Delta. el 12 de enero y el 1 de marzo.

Figura 4: Superposición de la línea litoral del 12 de enero (fucsia) y la del 1 de marzo (verde).
La línea litoral fucsia por el exterior de la verde (línea del litoral del 1 de marzo) indica que la costa ha retrocedido en ese punto, debido a la acción erosiva del oleaje.
La linea fucsia por el interior de la verde es indicador de acreción sedimentaria o avance de la línea de costa. La linea verde sobre la fucsia expresa zona en equilibrio.

La laguna central en el interior de la isla de Buda posee dos cubetas ( el Cajón Grande y el Cajón de Mar) separadas por franjas de densa vegetación.
El Cajón Grande corresponde a la cubeta situada a la izquierda; es de mayor tamaño y recibe principalmente aportaciones de los arrozales y canales que la rodean. El Cajón de Mar está situado a su derecha; su salinidad es mayor debido a las ocasionales aportaciones de agua de mar que "salta" sobre la playa durante los temporales de levante.
En esta ocasión, el mar no ha saltado sino que ha invadido la laguna y varios de los campos de arroz que la rodean; la salinidad de ambas cubetas y del suelo de los arrozales se ha visto alterada, lo que podrá tener consecuencias en el desarrollo de la vegetación.

Figura 5: Visualización por medio de polígonos de las principales alteraciones sufridas en el extremo oriental del Delta del Ebro.

La superficie amarilla corresponde al 12 de enero y la superficie anaranjada al 1 de marzo. Los números expresan el retroceso del contorno deltaico en los puntos señalados.

Los daños sufridos en el extremo oriental y contorno sur del Delta del Ebro, en especial en la isla de San Antonio y la isla de Buda, tras los 5 días de temporal, son muy importantes.
El actual déficit de aporte sedimentario que sufre el Delta impide la reposición a corto plazo de todo lo perdido por erosión marina durante ese temporal.
La rotura de la playa de Buda y la posterior invasión del mar reclaman actuaciones urgentes, semejantes a las que condujeron a la construcción de la duna artificial en la barra del Trabucador (1992) y a sus posteriores modificaciones, para proteger el lado sur del Delta muy dañado por los temporales de octubre de 1990 y abril del 2002.

Esperemos que  los trabajos de reparación y defensa del litoral de la isla de Buda se inicien con prontitud; otro nuevo temporal podría ocasionar un daño irreparable, comprometiendo seriamente la supervivencia de las islas de Buda y San Antonio. Si la isla de Buda desaparece, posteriormente, a modo de gigantescas fichas de dominó, irán sucumbiendo también ante el poder dispersador del oleaje las demás regiones interiores (interiores en la actualidad) del Delta.

La defensa de la isla de Buda es imprescindible para garantizar la supervivencia de esta zona húmeda, la más grande de Cataluña y una de las más importantes de Europa occidental, detrás del Parque de la Camarga (Francia) y del Parque Nacional de Doñana (España).

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