¿Basuras y residuos también son Crisis Climática?.
Iosu Marruedo. Biólogo
El pasado 29 de marzo, la revista Nature publicó el resultado de una investigación liderada por el Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos IFISC (CSIC-UIB) de Palma de Mallorca, en el que se describe la world-wide waste web (red mundial de residuos) como un conjunto de redes globales de intercambio entre paises que importan y exportan basura.
Se presenta como una trama direccional y ponderada, en la que los residuos viajan de un país A a un país B (pero no necesariamente al revés ni en la misma cantidad) que sirve a los países exportadores para deshacerse de los restos de una forma más económica y, al mismo tiempo, alejar de su territorio los residuos más peligrosos y de difícil gestión.
Esta característica queda patente en la gran asimetría existente a la hora de importar y exportar residuos peligrosos entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, ya que los primeros exportan a los menos desarrollados más de lo que importan de ellos. Sin embargo, la capacidad de procesar esa basura no es igual para todos los países y muchos corren el riesgo de congestionarse, al importar más cantidad de deshechos de la que son capaces de gestionar sin causar un impacto medioambiental.
Para cuantificar ese riesgo los científicos utilizaron un índice de rendimiento medioambiental (IRM), que proporciona información sobre la capacidad de gestionar distintos tipos de residuos.
Este índice, junto a la estructura de la "world wide waste web" permite identificar aquellos países con un nivel de congestión alto y, en consecuencia, elevado riesgo de gestión inadecuada de residuos.
De los 57 países que aparecen en situación de riesgo 29 están en África, 16 en Asia, 5 en América, 4 en Europa y 3 en Oceanía. El estudio se ha centrado en los 28 países con riesgo muy alto ( de impacto medioambiental).
Fig. 1 Países en alto riesgo de manipulación y eliminación inadecuada de residuos (click sobre la imagen para agrandar).
Países con impacto de metales pesados (HM) y contaminantes orgánicos persistentes (POP) (en verde),
compuestos orgánicos volátiles (COV) y HM (en morado), COV, HM y POP (en rojo), COV y COP (amarillo). Mapa de Bjorn Sandvik, bajo CC BY-SA 3.0 disponible en http://thematicmapping.org/downloads/world_borders.php.
El impacto de estos países en situación de "muy alto riesgo" se ha comprobado mediante el análisis de huellas químicas, que son los compuestos químicos generados por los residuos que dejan restos en el medio ambiente y/o en animales y personas en forma de metales pesados, compuestos orgánicos volátiles, disruptores endocrinos o contaminantes orgánicos persistentes.
En este grupo de muy alto riesgo no hay ningún país europeo, aunque cuatro están en riesgo medio: Ucrania (el periodo estudiado no incluye el impacto de la guerra), Bosnia, Bélgica y Bulgaria.
¿Que reflexiones podemos hacer a la luz de esta investigación? A mí se me ocurren dos, a saber:
1.- La producción de basura a nivel global parece la imagen calcada del mapa de demanda de energía y materias primas. Tiene su lógica, ya que cabe esperar que a mayor consumo de energía y materiales se produzca mayor cantidad de residuos.
La variable demográfica (población de cada país) interviene de manera secundaria.
Es la magnitud del consumo (por habitante) lo que constituye la variable principal, por delante del número de consumidores. Así, podemos ver que EEUU con el 4% de la población mundial, produce el 12% del total
de residuos en el planeta. En comparación, China y la India, que en
conjunto albergan un tercio de la población mundial, producen el 27% de
los residuos globales.
Y así como la tendencia global de demanda energética y materias primas es creciente, la producción mundial de residuos también lo es. La cantidad de basura generada por la Humanidad se ha incrementado en
un 500% en las últimas tres décadas y, por el momento, todo apunta a que
seguirá aumentado durante los próximos años. En la actualidad, se
estima en 10.000 millones de toneladas anuales la cantidad de residuos
generados por nuestra especie.
2.- La red mundial de gestión de residuos presenta un mapamundi completamente fraccionado, un mundo de desigualdad. La parte más preocupante de esta enorme producción de basura es el
desproporcionado flujo de residuos que los países desarrollados envían
hacia las zonas más pobres del planeta.
En este enlace,
puedes consultar un mapa interactivo en el cual (elaborado a partir de
datos del Banco Mundial) se muestra la producción de basura por
habitante en los diferentes países (datos 2019).
Los países ricos tienden a exportar residuos hacia los países pobres.
Aunque se ha constatado una disminución de exportación de residuos
orgánicos (la materia orgánica tiende a quedarse cada vez más en el país
de origen, para ser reciclada y reutilizada como compost), los residuos
especialmente peligrosos y gran parte de los sanitarios son exportados a
paises como Senegal, India, Uzbekistán, BanglaDesh ...
Podríamos resumir lo anterior de esta manera:
a) La tendencia hacia una mayor demanda de energía y materias primas alimenta la tendencia hacia el incremento de la producción mundial de residuos.
El éxito actual de la economía de libre mercado, fiel a la creencia del dogma del crecimiento ilimitado de los beneficios, por medio del
crecimiento ilimitado del consumo (de energía y materias primas, así como
de consumidores,es decir, crecimiento demográfico) nos conduce inexorablemente hacia un crecimiento también ilimitado de
la producción de residuos (muchos de ellos tóxicos) y nos aboca hacia un crecimiento ilimitado de la desigualdad y deterioro de los Sistemas Naturales.
b) La red mundial de exportación-importación de residuos contribuye a sostener una grave crisis de desigualdad.
La desigualdad existente entre países en lo relativo al acceso a la energía (entiéndase como posibilidad de desarrollo) y materias primas (fundamentalmente agua y alimentos) presenta una nueva carga añadida, originada por el flujo de residuos peligrosos desde los países "desarrollados" hacia los países pobres.
A este respecto, debemos señalar que cualquiera de los residuos generados en nuestra Sociosfera puede generar un impacto negativo a miles de kilómetros de distancia y circular por todos los Sistemas Naturales, ya que estos están conectados entre sí por una compleja red de interacciones.
Por esto, el problema de la basura es un problema global y sistémico, porque afecta a todo el planeta y penetra en todos sus Sistemas. O se gestiona como es debido (la mejor manera es no producir el residuo) o puede que, aunque lo alejemos geográficamente, actúe como un boomerang y regrese a nosotros.
No solucionamos nada en Europa enviando nuestros residuos sanitarios a BanglaDesh, porque si allí no se gestionan adecuadamente, puede que retornen a Europa y volvamos a encontralos en la puerta de nuestras casas de país "desarrollado".
Sirva como ejemplo el inventario de los residuos depositados por las mareas en Alegranza, pequeño islote del archipiélago canario (no habitado), llevado a cabo por tres investigadoras de la ULPGC.
En 100 metros de costa del norte de Alegranza recogieron 321 kg de basura (sin contar restos de madera) de los que el 97,7% era plástico. También resulta sorprendente el número de etiquetas (en plástico) de trampas para langosta encontradas; como en ellas figura el número de licencia, se sabe de donde proceden, de las costas de Maine (Massachusetts, EEUU) y de Canadá, y también consta el año en el que entraron en el mar, las más antiguas en 1998, lo que muestra que hay plásticos en perfecto estado de conservación después de 20 años en el mar.
Si consiguieramos curarnos de la ceguera causada por la obsesión climática y dirigieramos una mirada más amplia al conjunto de sociedades humanas de nuestro planeta tendríamos que reconocer que el problema fundamental no es climático, es económico (la economía de libre mercado y su dogma del crecimiento ilimitado), es demográfico (la población humana no puede crecer ilimitadamente), es energético (como obtener suficiente energía, acorde a la demanda) y es de desigualdad entre poblaciones (democratizar el acceso a la energía, en cantidad y precio).
¿Qué es lo que solucionamos si logramos que una fábrica de plásticos utilice solo energía procedente de fuentes renovables y cumpla el objetivo de cero emisiones de CO2, pero siga tras la meta de producir cada año más plásticos que el anterior?
Y ... ¿qué es lo que podemos hacer?
Aceptar los límites de los Sistemas Naturales, adaptarnos y aprender a vivir con esos límites, tal y como hacen el resto de Poblaciones (de otras especies) en los habitat donde viven. Todos los ecosistemas tienen un límite en el flujo de energía que los atraviesa y en la cantidad de materia disponible, y los seres vivos que habitan en él deben jugar con esas cartas.
¿Por qué la especie humana piensa que en su caso no es así?
Bien, pero ¿quien se atreve a poner límites al Sistema de Libre Mercado? ¿quien se atreve a establecer reglas de distribución de los beneficios (recuerda, no ilimitados) que en un momento dado podrían colisionar con la iniciativa privada de tal o cual individuo?
Y .. ¿quien está dispuesto a aceptar el inevitable decrecimiento? (entendido como disminución de magnitud de consumo).
A mi entender aquí tenemos los retos fundamentales de nuestro tiempo. Si consiguieramos resolverlos, el problema del incremento de CO2 atmosférico se resolvería por sí mismo.
Porque el enemigo No es el Clima, es la Contaminación.
Pero, ¿y entonces la temperatura superficial global descenderá? Después de todo lo anterior, juzga tú mismo si ésta última pregunta es lo fundamental.
Para saber más:
Más de 4.000 sustancias invisibles contaminan nuestras vidas.
La industria de la moda y sus residuos.