miércoles, 9 de agosto de 2017

Cambio climático: nueva perspectiva de las emisiones de metano oceánico.
Iosu Marruedo


El metano liberado a la atmósfera es uno de los gases con mayor capacidad para generar efecto invernadero; si lo comparamos con el CO2, el potencial de efecto invernadero del metano es 25 veces mayor (para un periodo de 100 años), aunque su efecto neto es menor debido a su baja concentración en el aire (400 moléculas de CO2 por cada millón de moléculas en el aire frente a una o dos moléculas de metano por millón de moléculas en el aire).
La mayor parte del metano atmosférico proviene de fuentes biológicas: alteración microbiana de restos de organismos vivos en condiciones anaeróbicas (en fondos de pantanos, lagos, arrozales, suelo oceánico...) y de procesos digestivos en rumiantes y termitas.

En los océanos, el metano burbujea hacia arriba desde el suelo oceánico donde se almacena a menudo en forma de hidratos de metano.
Estos hidratos de metano (imagen a la izquierda) están formados por una molécula de metano atrapada en una red cristalina de hielo de agua; se necesitan condiciones de baja temperatura y elevada presión para su constitución.

Suelen alojarse entre los sedimentos del fondo marino (con frecuencia, ocupando los poros de sedimentos arenosos).
Los hidratos de metano son bastante inestables y pueden desorganizarse con facilidad debido a cambios de temperatura, presión o remoción de sedimentos (por ej., deslizamientos por el talud continental, microseísmos ..); cuando esto ocurre, el metano se libera y burbujea hacia la superficie incorporándose a la atmósfera.

El flujo global de metano de las filtraciones frías de los fondos marinos solo se ha estimado para las plataformas continentales, aceptándose un valor comprendido entre 8 y 65 Tm CH4 /año.
Todavía no se ha calculado el valor total de flujos de metano del resto de regiones de suelo oceánico, pero se sospecha que podría llegar a contener 10 veces más carbono que el existente en la atmósfera (y hasta un tercio del carbono de todos los combustibles fósiles); ya está siendo considerado como una nueva fuente de energía de proyección mundial.

Las emisiones de metano procedentes del fondo marino afectan al balance de metano ingresado en la atmósfera y tienen influencia en la acidificación y desgasificación del agua oceánica así como en la distribución de las comunidades quimiosintéticas.

Pero también tienen una importancia relevante en el Sistema Clima a causa de su elevado potencial de efecto invernadero, considerándose como agente de Calentamiento Global.
O al menos esto es lo que se creía hasta ahora .

Figura 1. Emisiones de metano, procedentes de la destrucción de hidratos de metano en el fondo oceánico. (NOAA "Okeanos Explorer" Program.2013).

Durante el verano ártico de 2016 una expedición científica embarcada a bordo del Helmer Hanssen recorrió las costas del archipiélago de Svalbard con el objetivo de evaluar las emisiones de metano procedentes del suelo oceánico en esta región ártica.
El equipo de investigadores estaba encabezado por el biogeoquímico John Pohlman, del US Geological Survey Woods Hole Science Center (Massachusetts, EEUU).
Pohlman y su equipo quedaron muy sorprendidos cuando observaron que al cruzar su barco sobre una filtración de metano caía el nivel de CO2 y aumentaban el oxígeno disuelto y el pH en superficie.
Interpretaron estas observaciones como señales inequívocas de afloramientos de nutrientes desde el suelo oceánico y aumento de la fotosíntesis del fitoplancton.

Esta combinación de datos les lleva a la conclusión de que las mismas fuerzas físicas que empujan las burbujas de metano también están bombeando aguas frías cargadas de nutrientes hacia la superficie, fertilizando las poblaciones de fitoplancton que absorven el CO2.

Ver artículo  con las conclusiones, publicado en el Proceedings of the National Academy of Sciences.

Encontraron que en las aguas sobre las filtraciones de metano se está absorviendo 1900 veces más CO2 que metano emitido.
Estas nuevas observaciones desafían la suposición popular de que el metano infiltrado a la atmósfera aumenta la carga mundial de gases de efecto invernadero provocando más calentamiento.

En la zona de estudio, el beneficio atmosférico del secuestro de CO2 por parte del "fitoplancton fertilizado" es aproximadamente 230 veces mayor que el efecto del calentamiento debido a las emisiones de metano, siendo el balance neto de disminución del efecto invernadero.

La gran pregunta que puede hacerse ahora es si Svalbard es un ejemplo aplicable a otras partes del mundo.
Pohlman es muy prudente al respecto: dice que que no se puede suponer que el efecto fertilizante del metano sea el mismo en todas partes. Incluso en su área de estudio es probable que cambie con las estaciones.
Téngase en cuenta que los datos del equipo de Pohlman fueron recogidos con luz solar casi constante durante el verano ártico (2016). Cabe suponer que durante el invierno, con escasa o ninguna hora de luz, la fotosíntesis se reduciría a casi nada y las emisiones de metano no serían compensadas por la disminución de CO2.
Pero aun así, creo que este descubrimiento hace dos importantes aportaciones a las Ciencias del Clima:
1. Añade nuevo conocimiento sobre las interacciones Atmósfera- Océanos-Seres Vivos.
2. Pone en tela de juicio una de las suposiciones admitidas en la elaboración de modelos climáticos: la que afirma que  "más emisiones de metano equivalen a más efecto invernadero".


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