viernes, 1 de diciembre de 2017

Buscando un culpable.

Como parte del conjunto de consecuencias desastrosas derivadas del Calentamiento Global de origen antrópico, la disminución de la masa de hielo en el polo norte (Ártico y Groenlandia) y sur (continente Antártico) suele ser citada frecuentemente en los medios de comunicación como evidencia probatoria de la presencia del Cambio Climático.
Ya Al Gore  recurrió a este argumento, utilizándolo con gran éxito mediático en su documental "Una verdad incómoda" (2006), y lo ha vuelto a hacer en el recientemente estrenado "Una verdad muy incómoda: Ahora o nunca" (2017).

Pero cuando acudimos a las fuentes de datos y contemplamos los fenómenos naturales como obra de actores que actuan en un escenario dinámico, cambiante e interactivo (Atmósfera, Océanos, Geosfera, Seres Vivos) llegamos a la conclusión de que las cosas no son como parecen, o dicho de otra manera, no son como nos las cuentan.
Observo que tan solo se difunde una parte de la información, omitiéndose otra ; se nos presenta la Teoría del Cambio Climático como una verdad cerrada, sin fisuras ni titubeos, en la que ya todo esta suficientemente explicado. En este contexto, parece que al ciudadano solo le queda la opción de la adhesión a esa verdad y la aceptación de las directrices emanadas (económicas, energéticas, sociales y ambientales).

Parece como si para proteger la solidez de la Teoría del Cambio Climático, en la que el actor culpable principal es el CO2, debiéramos eliminar del escenario todo otro presunto culpable que pudiera atenuar o sembrar dudas sobre la responsabilidad del primero.

Para ilustrar con datos la reflexión anterior, quiero aportar en estas líneas algunas de esas informaciónes  silenciadas, omitidas en telediarios, radios y periódicos, relativas a la responsabilidad de otros actores, otros "presuntos culpables"en la evolución del Sistema Clima.

Se trata de presentar a un gran desconocido de la divulgación del Cambio Climático: el flujo de calor procedente del interior del planeta Tierra, el flujo geotérmico.

Es bien conocido que el interior de la Tierra está caliente; este calor procede de la desintegración de los elementos radiactivos naturales y del efecto de la presión sobre el núcleo del planeta.
Un planeta con un núcleo caliente orbitando en un espacio frío genera espontáneamente un flujo de calor desde el punto caliente (interior del planeta) hacia el punto frío (espacio exterior); ese calor, en su camino hacia el espacio exterior, atravesará la capa sólida (Corteza), la líquida (Océanos) y la gaseosa (Atmósfera).
Pero como la Corteza terrestre no tiene el mismo grosor ni composición química en toda la Tierra, resulta que el flujo geotérmico no es homogeneo.
Allí donde la corteza es muy fina o esta rasgada, la salida de calor hacia el espacio es mayor.

Pues bien, esta circunstancia tectónico-geológica de corteza terrestre rasgada y flujo geotérmico elevado es la que se observa tanto en la Antártida (en la Antártida Occidental) como bajo Groenlandia.

En la Imagen 1, los colores que van del amarillo al rojo anuncian un creciente flujo de calor geotérmico, expresado en miliwatios por metro cuadrado.
Nótese que la zona de alto flujo de calor dibuja una banda que señala la presencia del Rift Antártico, donde se encuentra el mayor campo volcánico terrestre.
Si bien el grado actual de actividad tectónica no está todavía bien establecido (la gruesa capa de hielo dificulta enormemente la obtención de datos), podemos afirmar que el proceso de fractura y desplazamiento de la Antártida Occidental respecto a la Oriental está unánimemente aceptado por la comunidad científica.

Imagen 1: Distribución del flujo calor procedente del interior de la Tierra, expresado en miliwatios por metro cuadrado. (Fuente: British Antarctic Survey).
La información silenciada es la referente a ese gran campo de volcanes bajo la Antártida Occidental; los medios de divulgación ningunean la importancia de la actividad del Rift Antártico. No se habla nunca del elevado flujo geotérmico bajo los glaciares de la Tierra de Marie Byrd, ni de su responsabilidad en la desestabilización de los glaciares de la Antártida Occidental; en los medios de comunicación no existe la "fusión desde abajo".
No se matiza, no se explica que la pérdida de hielo se concentra sobre la zona del Rift Antártico, sobre las zonas naranjas y rojas de la imagen anterior. En la Antártida Oriental (de mayor extensión) no hay pérdida de hielo.

Siempre se transmite el mensaje de "fusión desde arriba", por calentamiento climático.
Pero resulta que también el gran iceberg que se separó de la plataforma Larsen el pasado mes de julio está situado sobre el Rift Antártico.
Parece que nadie puede competir en el papel de culpable principal con las emisiones de CO2 ni atenuar o relativizar su culpa.
Es como si la Teoría del Cambio Climático necesitara un culpable único sobre quien poder concentrar la acción de todo su aparato político, ideológico y económico; como si la idea de compartir responsabilidad con otros agentes climáticos (veáse el flujo geotérmico) pudiera restar fuerza a los informes, recomendaciones y compromisos adoptados en las Cumbres del Clima.

Algo semejante ocurre en Groenlandia.
Como ha señalado el equipo internacional de geólogos dirigido por Irina Rogozhina y Alexey Petrunin del centro de Investigación Alemán GFZ de Geociencias, las observaciones de radar y los datos de las perforaciones en el hielo indican una fusión generalizada por debajo de la capa de hielo y el aumento del deslizamiento en la base que impulsa el rápido fluir del hielo desde la zona de cumbre hasta el Atlántico Norte, a lo largo de unos 750 km (hacia la derecha, en la Imagen 2).

Imagen 2. Flujo geotérmico bajo Groenlandia, en miliwatios por metro cuadrado (Fuente: Nature GeoScience, Irina Rogozhina, Alexey Petrunin, Alan P.M. Vaughan  ...).
El material del manto de Groenlandia se calienta y adelgaza en profundidad produciendo una fuerte anomalía geotérmica que afecta a la cuarta parte de su superficie. Esta fuente de calor ha creado una región en la que el agua de fusión subglacial es abundante, lubrica la base del hielo y hace que fluya más rápidamente.
El estudio indica que aproximadamente la mitad del hielo en el centro-norte de Groenlandia está descansando sobre una "cama descongelada" y que el agua del deshielo se dirige hacia el mar a través de una densa red hidrológica bajo el hielo (Al Gore relata este fenómeno en su recientemente estrenado documental, pero lo atribuye enteramente al incremento de emisiones de CO2).

Defiendo la posición escéptica frente a la ortodoxia del Cambio Climático, como una posición de pensamiento científico sistémico, considerando el estudio de los fenómenos naturales como resultado de interacciones complejas entre numerosos actores.
Doy por cierto que uno de esos actores es el Ser Humano y sus emisiones de gases de efecto invernadero; pero menoscabar deliberadamente la presencia de los otros actores y de sus interacciones no es un buen camino para crecer en el conocimiento del funcionamiento de los Sistemas Naturales.
Soy escéptico frente al pensamiento único y soy escéptico frente a las Teorías que proponen la regulación del funcionamiento de sistemas complejos por medio de un botón único (en este caso, las emisiones de CO2 de origen humano).

Nada de todo lo que aquí has leído lo vas a encontrar en el nuevo documental de Al Gore, Una verdad muy incómoda:ahora o nunca" que próximamente se estrenará en las pantalla españolas.
Al Gore es el portavoz e  imagen pública reconocible de la regulación del funcionamiento de fenómenos complejos por medio de un "botón único", las emisiones de CO2.
Piénsatelo cuando acudas a comprar tu entrada.




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