domingo, 19 de febrero de 2023

 El Plan Hidrológico y el año electoral.

Iosu Marruedo. Biólogo

Transcurría el año 2001 cuando el Gobierno presidido entonces por José María Aznar (PP) elaboró un Plan Hidrológico Nacional (PHN, un proyecto de gestión hídrica para el Estado español) en el que el  principal proyecto era el trasvase del Ebro para transferir agua desde la cuenca del Ebro a Barcelona, Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Almería. 

Este PHN fue posteriormente aprobado por el Parlamento español durante la legislatura 2001-2004, llegándose a publicitar en el BOE las primeras licitaciones para el inicio de las obras y celebrándose el acto de colocación de la primera piedra de las obras de trasvase en Almería (2004) con el presidente Aznar como primera autoridad presente. 

2004 era año electoral.

Sin embargo, la pérdida de las elecciones generales de 2004 y la formación de nuevo gobierno presidido por Zapatero (PSOE), llevaron a la paralización del plan de 2001 y su posterior anulación (2005) con la elaboración de un nuevo Plan Hidrológico Nacional en el cual, el trasvase del Ebro se sustituía por el llamado proyecto A.G.U.A. con 3900 millones de euros de inversión (inversión inicial estimada).

Este proyecto A.G.U.A. preveía asegurar la disponibilidad de 1163 hm3/año en las cinco provincias ( además de incluir a Málaga y Gerona); de esa cantidad, 448 hm3/año se obtendrían por medio de la mejora de gestión, ahorro, renovación de infraestructuras y reutilización, y los otros 715 hm3/año restantes por medio de desalación. 

Estamos en febrero de 2023, también año electoral (municipales, autonómicas y generales) y con la experiencia reciente de un verano muy caluroso y seco. 

Recuerdo las declaraciones del ministro de Fomento, Alvarez Cascos, en 2001, exponiendo su argumento fuerte a favor del trasvase del Ebro ..." el agua del Ebro que se pierde en el mar es necesaria para asegurar el progreso y desarrollo de Málaga, Murcia, Almería" ... 

Los partidos y grupos de la derecha española tradicionalmente han mantenido una visión desarrollista respecto al uso del caudal de los ríos, un recurso útil para la obtención de beneficios económicos. Ha predominado en sus planteamientos la consideración de los ríos como meros canales que llevan agua; nunca han considerado a los ríos como sistemas ecológicos que interaccionan con el resto de sistemas, y que son además piezas fundamentales del ciclo del agua. 

Y ... como estamos otra vez en año electoral, en plena búsqueda de votos, de nuevo se escuchan con fuerza los argumentos de Alvarez Cascos (2001), pero esta vez en boca de nuevos protagonistas (principalmente PP y VOX). 

Así es el caso, por ejemplo, del artículo de C. Jordá (de agosto pasado) publicado en la web de LibreMercado (el nombre de la web ya nos puede dar una pista de por donde va el discurso).

Juan Manuel Moreno Bonilla (Presidente de la Junta de Andalucía) publicaba recientemente que ..." el embalse de Olivargas libera agua y que ya se ha tirado al mar 22 hm3, lo que consume Huelva en dos años" ...   

El 10 de febrero, el diputado de VOX Jose María Figaredo interpelaba en el Parlamento a la ministra Teresa Ribera ..."estamos desperdiciando nuestra agua. En España se pierde cada año muchísima agua, hectómetros cúbicos que son vertidos al mar sin motivo alguno"... .."¿Por qué quiere usted dejar a media España sin agua?"...

Frente a esta visión desarrollista, que pretende llevar  agua allí donde ésta actúa como factor limitante para obtener el mayor crecimiento y beneficio económico en el menor plazo posible, tomaré por bueno el dicho de una imagen vale más que mil palabras, y presentaré dos imágenes intentando hacer visible lo que para muchos parece invisible:

Imagen 1. Imagen en falso color procesada a partir de la base de datos de Landsat 9. Las bandas y el brillo de la imagen se han adaptado para resaltar la deriva de los sedimentos de arenas medias y finas en una época (21 de enero de 2023) sin tormentas ni grandes avenidas de caudal del Ebro.

 

Imagen 2. Imagen en falso color procesada a partir de la base de datos de Landsat 8. Corresponde al 21 de abril de 2018, tras una gran tormenta e intensas precipitaciones. Las bandas seleccionadas y el brillo se han adaptado para resaltar el aporte de fracción fina y limos.  

Aparece aquí el Ebro como representante de los grandes ríos de la Península Ibérica, pero las reflexiones y consideraciones que veremos a continuación tienen la misma validez para el Llobregat, Júcar, Segura, Guadiana, Guadalquivir  .....

1.- De los sedimentos y "abonado" orgánico-inorgánico (nitratos, fósforo .....) que aporta el Ebro depende el futuro próximo del Delta, acosado por la acción erosiva del mar. Los edificios deltaicos son el resultadode un diálogo entre la acción constructora del río y la acción erosiva y transportadora del mar. Por su propia naturaleza, los deltas tienden a compactarse y hundirse. El continuo aporte de sedimentos fluviales es el factor decisivo para su supervivencia.

Si el río es silenciado y deja de aportar caudal con sedimentos, el futuro del Delta se verá comprometido sin remedio, hasta su desaparición. Más regadío en la cuenca hidrográfica del Ebro equivale a menos Delta.

2.- Del material que el Ebro aporta al mar dependen también las playas desde el Delta hasta el cabo de Cullera en Valencia. En España se gastan cada año decenas de millones de euros en reponer playas y arenales, reparando daños estéticos y paisajísticos que afectan gravemente al turismo de sol y playa. 

También la protección del litoral frente a los temporales pasa por garantizar que la dinámica litoral suministrará los sedimentos necesarios para mantener las barreras naturales que protegerán cultivos, edificaciones e infraestructuras. Por lo tanto, es indispensable permitir que estos sedimentos lleguen al mar.

 Màs infraestructuras (embalses, canalizaciones ..) en la cuenca del Ebro equivale a menos dunas y menos playas en Castellón y mayor desprotección ante los temporales del Mediterráneo.

3.- Los arrozales del Delta, las praderas de Posidonia, la pesquería de sardinas (y otras especies) en Tarragona .... también dependen del material que el Ebro entrega al mar. El aporte de materia orgánica y minerales es indispensable para el sostenimiento del ecosistema marino litoral.

4.- El Delta del Ebro es un habitat fundamental para cientos de especies de vertebrados, fundamentalmente aves. Allí nidifican 95 especies, pero invernan, reposan y se alimentan durante las migraciones otras muchas especies. En el Delta del Ebro se han catalogado 316 especies de aves, de las 600 especies existentes en Europa.

Menor aportación de caudal al Mediterráneo equivale a menor biodiversidad en el Delta; los movimientos migratorios de numerosas especies de aves hacia/desde centroeuropa se verán afectados, así como las funciones que éstas desarrollan en sus respectivos habitats. 

5.- Proteger la biodiversidad (animal y vegetal) tanto en el conjunto deltaico como a lo largo del cauce del río (ecosistemas de ribera) garantizando caudales ecológicos verificables, ayuda al control de plagas, inundaciones, conserva la calidad del paisaje  ....


Pero .. ¿como convencer al agricultor de Murcia que decide sustituir su cultivo de naranjos por el de aguacates para que no lo haga? En el supermercado un kg de aguacates cuesta entre 7-12 € según variedad y 1 kg de naranjas entre 1,14-2,20 €. La diferencia de valor comercial es muy tentadora.

Ahora bien, producir 1kg de naranjas demanda unos 115 litros de agua y producir 1kg de aguacate entre 600-700 litros de agua. Es decir, su decisión y libre iniciativa necesita agua. En un año electoral ¿a quien extrañaría  que otorgue su voto a quien le prometa llevarle el agua? ¿O que apoye a un gobierno autonómico en cuyo Plan Hidrológico se fijen caudales ecológicos ridículos (por insuficientes) ?.

Quizás toda la argumentación anterior sea inútil para enfrentar la máxima del liberalismo económico imperante resumida en la búsqueda constante del aumento de los beneficios, planteado esto como como derecho del individuo, como expresión de su iniciativa y de su libertad. En el discurso liberal, cualquier regulación o intervención que ponga límites a esa iniciativa será considerada como un ataque a la libertad.

Pero después de la crisis de 2008, después de la pandemia ... no podemos ya seguir creyendo que los mejores instrumentos para la consecución del bien común y más justa distribución de la riqueza sean las leyes del Libre Mercado.

Nadie quiere condenar a la miseria a los agricultores de la España seca; se trata más bien de arbitrar, regular y poner límites al uso de los cauces fluviales, para conseguir un grado de desarrollo lo más sostenible posible, en un escenario (el estado español) en el que ya existen 4.100.000 hectáreas de regadíos (sin contar los ilegales), lo que nos está acercando a una situación de crash hídrico inevitable.

En este contexto de año electoral (y de año de escasas precipitaciones), el Gobierno acaba de aprobar (enero 2023) mediante Real Decreto la mayoría de los Planes Hidrológicos de las demarcaciones hidrográficas del tercer ciclo de planificación 2022-2027.

Elaborar unos buenos planes hidrológicos podría ser esa necesaria herramienta de regulación y establecimiento de límites que antes hemos citado. 

A lo largo de los años los documentos de planificación hidrológica que hemos conocido (iniciados en los años 90) consistían principalmente en listados de obras (en su mayoría grandes infraestructuras hidraúlicas) y listados de cientos de miles de hectáreas de regadíos. Pero, lentamente (aunque de modo desigual según Autonomías) con el avance de los años, los planes hidrológicos han ido incorporando poco a poco aspectos ambientales.

En los planes aprobados en enero pasado se han fijado caudales ecológicos (aunque en general insuficientes)  en casi todas las masas de agua, y se han declarado más de 500 km de reservas naturales fluviales, alejándose algo de los simples listados de obras y nuevos regadíos que eran antes. 

Pero, aunque hay que reconocer esas mejoras, la situación es muy desigual, ya que mientras en los planes de Cantábrico Occidental y Oriental y Melilla se aprecia una clara evolución hacia lo que realmente debe ser un documento de planificación hidrológica (considerando los ríos como ecosistemas fluviales), otros planes han evolucionado mucho menos, y siguen apostando por la creación de nuevos regadíos y presentando un buen listado de obras hidraúlicas de gran impacto ambiental (es el caso de los planes hidrológicos del Ebro, Duero y Guadalquivir). 

Parece que tanto el Gobierno Central como el Ministerio de Agricultura no acaban de desprenderse del alma desarrollista del pasado, cuando insisten en apoyar activamente la expansión del regadío como si los recursos hídricos fueran infinitos. 

Sirva de ejemplo el caso de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha donde la superficie regada se ha incrementado en los últimos 25 años en un 64,72% (sin contar el regadío ilegal).  O  también el de la Comunidad Autónoma de Andalucía, la que cuenta con más superficie regada de España, que incrementó en tan solo 15 años  (2005-2020) algo más del 29% (también sin contar el regadío ilegal). Y que decir de la pereza e inficacia de la Administración hidraúlica a la hora de hacer frente al regadío ilegal (o se propone directamente convertir en legales los regadíos ilegales, como ha solicitado VOX en Andalucía para el entorno de Doñana).

También se puede observar que las medidas de ahorro hídrico realmente no son tales, pues el agua "liberada" se utiliza en nuevos regadíos; y la mayoría de las veces, a cuenta de exprimir un poco más el caudal ecológico (reduciéndolo), cuando éste no debiera ser considerado un uso más del agua en competencia con los demás, sino una restricción previa al resto de usos (y no indemnizable).

Aunque, al menos en documentos, algo ha evolucionado hacia mejor, en la política hidraúlica en nuestro país se mantienen muchas tendencias del pasado y parece claro que no se van a solucionar los principales problemas actuales con el agua.

Un aumento continuado de la demanda hídrica combinado con una probable disminución de los recursos nos llevará inevitablemente al colapso hídrico (y su consecuente cadena de efectos en los sitemas de ribera, sistemas deltaicos y litorales, daños estéticos y paisajísticos, afección de la industria del turismo  ....). 

Pero es año electoral; barra libre para realizar ofertas en la subasta del voto agrario. Y si algo sale mal, siempre estará ahí el Cambio Climático para cargar con la responsabilidad. Responsabilidad difusa, culpa de nadie.


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