Exploradores en el Ártico en el siglo XIX. ¿El Ártico se funde?
Este es un resumen del artículo de los investigadores James E.Overland y Kevin Wood en el que muestran el uso de instrumentos y registros históricos descriptivos para probar la certeza de la hipótesis de que las condiciones ambientales observadas por los exploradores del siglo XIX en el archipiélago canadiense fueron consistentes con una Pequeña Edad de Hielo tal y como es sugerido en conclusiones de otras reconstrucciones climáticas (metodología de estratigrafía de núcleos de hielo) y aceptado por los defensores de la Teoría del Cambio Climático.
Concluyen que de los testimonios y registros de los exploradores se deduce poca evidencia de frío extremo y proporcionan una reconstrucción climática disconforme con la obtenida por medio de la estratigrafía de núcleos de hielo (la aceptada por el IPCC de la ONU).
En la actualidad, y dentro del contexto alarmista de las noticias relacionadas con el Cambio Climático, la disminución de la masa de hielo en el Ártico se presenta con frecuencia como un acontecimiento excepcional y catastrófico, consecuencia de las elevadas emisiones de CO2 de los últimos 80 años.
Pero de la lectura de los registros históricos de los exploradores árticos del siglo XIX se deduce que la disminución de la masa de hielo ártico no es algo excepcional sino que ya se ha producido en otras épocas (con menos CO2 en la atmósfera que en la actualidad) y que han venido seguidas de otras fases de recuperación .
Las expediciones organizadas en el siglo XIX para encontrar un tránsito por el denominado Paso Ártico del Noreste, se percibieron en general como grandes fracasos, como un vana y trágica exploración fallida ; la causa se ha venido atribuyendo a las extraordinarias condiciones de frío asociado a la denominada "Pequeña Edad de Hielo".
Pero de la lectura de los registros históricos de los exploradores árticos del siglo XIX se deduce que la disminución de la masa de hielo ártico no es algo excepcional sino que ya se ha producido en otras épocas (con menos CO2 en la atmósfera que en la actualidad) y que han venido seguidas de otras fases de recuperación .
Las expediciones organizadas en el siglo XIX para encontrar un tránsito por el denominado Paso Ártico del Noreste, se percibieron en general como grandes fracasos, como un vana y trágica exploración fallida ; la causa se ha venido atribuyendo a las extraordinarias condiciones de frío asociado a la denominada "Pequeña Edad de Hielo".
Esa perspectiva había sido reforzada desde 1970, cuando las reconstrucciones del paleoclima basadas en el hielo del Ártico (estratigrafía de núcleos de hielo) parecieron confirmar la existencia de condiciones excepcionalmente frías conforme con lo que los glaciólogos habían denominado como la "Pequeña Edad de Hielo", con temperaturas más frías que la media de los primeros años del siglo 20 [Koerner, 1977; Koerner y Fisher, 1990; Overpeck et al., 1998].
Sin embargo, el
examen de 44 registros de exploradores del Ártico occidental desde
1818-1910 revela que los indicadores del clima tales como:
a) navegabilidad,
b) distribución y espesor de hielo anual del mar
c) temperatura media mesual del aire en superficie, y
d) el inicio de la fusión y congelación
estaban dentro de la actual gama de variabilidad, entendiendo por "actual" la referencia al periodo 1970-2000..
a) navegabilidad,
b) distribución y espesor de hielo anual del mar
c) temperatura media mesual del aire en superficie, y
d) el inicio de la fusión y congelación
estaban dentro de la actual gama de variabilidad, entendiendo por "actual" la referencia al periodo 1970-2000..
Si bien existe una amplia
literatura sobre el historia de la
exploración del Ártico del siglo XIX se ha hecho muy poco uso de observaciones científicas y meteorológicas detalladas compiladas durante muchas expediciones.
Hubo más de
setenta expediciones o empresas científicas de diversos tipos
enviados al Ártico canadiense en el período comprendido entre 1818
y 1910.
De este número total, se analizaron 44 informes científicos originales y relatos relacionados.
La mayoría de los datos provienen de grandes expediciones navales, con gran capacidad, que abarcan varios años, con invernadas en el Ártico.
De este número total, se analizaron 44 informes científicos originales y relatos relacionados.
La mayoría de los datos provienen de grandes expediciones navales, con gran capacidad, que abarcan varios años, con invernadas en el Ártico.
Hemos centrado nuestro análisis en los cuatro indicadores de cambio climático antes citados; a saber: extensión del
hielo marino de verano, espesor anual del hielo marino, la
temperatura media mensual, y el inicio de la fusión y de congelación
como estima de media diaria de temperatura.
Tanto la extensión
del hielo marino y la aparición del inicio de la fusión y
congelación se compararon con los del período de referencia de 30 años entre 1971-2000.
Los valores de espesor de hielo (media mensual), se compararon con los del período de 50 años entre 1951-2000.
Los valores de espesor de hielo (media mensual), se compararon con los del período de 50 años entre 1951-2000.
Es quizás
sorprendente que la mayor parte del Paso del Noroeste fuera ya navegado
durante el siglo XIX con buques de las diferentes expediciones que quedaron tan solo a 150 km
de completar el paso en un buen número de ocasiones.
Figura 1.
La imagen muestra la presencia de hielo en el mar el 10
de septiembre, que es la fecha
habitual del mínimo anual de hielo durante el período de referencia
1971-2000 ( según el Servicio Canadiense del hielo, 2002). En varias ocasiones,
las expediciones llegaron a menos de 150 km de completar el Paso del
noroeste, pero incluso en años con condiciones desfavorables de
hielo, la mayoría de los barcos eran todavía capaces de llegar a
posiciones relativamente avanzados dentro del archipiélago
canadiense. En 1859, ya se habían descubierto todas las posibles rutas que comprenden el Paso del
Noroeste.
La mas sorprendente es que, incluso en los años reconocidos como desfavorables (por más fríos), los buques todavía eran capaces de
llegar a lugares cuya accesibilidad es semejante a la de las peores condiciones de hielo de la referencia moderna (1971-2000).
De 33 expediciones o suministros de barcos con
destino a la parte occidental de Lancaster entre 1819 y 1859,
sólo dos fallaron debido a las condiciones del hielo desfavorables.
Dieciocho mediciones de máxima anual del espesor del hielo marino se registraron entre 1819 y 1876; cuatro de ellos son incompletos, porque fueron interrumpidos antes del final de la estación.
Dieciocho mediciones de máxima anual del espesor del hielo marino se registraron entre 1819 y 1876; cuatro de ellos son incompletos, porque fueron interrumpidos antes del final de la estación.
De las restantes 14
observaciones, se obtuvo una media (anual) de 215 cm y un máximo de 250 cm.
En la actualidad (datos de la referencia moderna) , las condiciones de
hielo para Resolute Bay, Sachs Harbor, y Mould Bay dan una media anual de 199 cm y una máximo en tres estaciones de 248 cm.
Por lo tanto, las observaciones históricas son consistentes con los valores del siglo XX.
Por lo tanto, las observaciones históricas son consistentes con los valores del siglo XX.
Treinta y dos
años aproximadamente de series mensuales de
temperatura media del aire superficial se recogieron durante los años
comprendidos entre 1819 y 1854, y se comparó con la referencia de 50 años del periodo 1951-2000.
El 63% de los 343 valores de anomalías mensuales de la temperatura caen dentro de una normal desviación de la media de la referencia moderna.
El 63% de los 343 valores de anomalías mensuales de la temperatura caen dentro de una normal desviación de la media de la referencia moderna.
Los exploradores relatan que encuentran tanto años cálidos como años fríos.
Si bien los datos
históricos de los viajes de exploración son intermitentes, tomados en su conjunto, proporcionan una perspectiva valiosa sobre el clima
del pasado del Ártico canadiense.
Los exploradores
encuentran a la vez temporadas cálidas y temporadas frías, y en general, las condiciones de hielo que nos recuerdan a las del siglo XX.
La aparición temprana de la congelación en algunos casos representa la mayor aparente diferencia respecto de las condiciones actuales, mientras que el momento de la transición al estado fundido en la primavera mostró poco cambio respecto el presente.
Si hubiera habido un cambio en la media de la temperatura del aire de verano de la magnitud del sugerido por el método de estratigrafía en núcleos de hielo (isla de Devon), las indicaciones de más frío habrían sido detectados en nuestra análisis.
Los relatos y registros de los exploradores no avalan los resultados de reconstrucción de temperaturas por estratigrafía de núcleo de hielo.
La aparición temprana de la congelación en algunos casos representa la mayor aparente diferencia respecto de las condiciones actuales, mientras que el momento de la transición al estado fundido en la primavera mostró poco cambio respecto el presente.
Si hubiera habido un cambio en la media de la temperatura del aire de verano de la magnitud del sugerido por el método de estratigrafía en núcleos de hielo (isla de Devon), las indicaciones de más frío habrían sido detectados en nuestra análisis.
Los relatos y registros de los exploradores no avalan los resultados de reconstrucción de temperaturas por estratigrafía de núcleo de hielo.
Por último, debemos señalar que es engañoso
afirmar que no se encontró el Paso del Noroeste y que el el fracaso se debió a un clima adverso extraordinariamente frío.
De hecho, todas
las rutas posibles que componen el Paso del Noroeste fueron
descubiertos, y casi
toda la costa
laberíntica fue asignada durante este periodo.
Un resultado de navegación similar podría obtenerse hoy dentro de los límites de navegación en las condiciones presentes.
Figura. 2.
Los
exploradores encontraron ambas condiciones representadas en los
dibujos, en la isla de Beechey: poco hielo (1850) y mucho hielo (1853).
El estado de
hielo favorable y desfavorable en las proximidades de la isla de
Beechey ilustran la gama de condiciones de hielo en diferentes años.
La Figura A
ilustra la situación de la H.M.S. Resolute y el vapor Pioneer
el 5 de septiembre 1850 [tomado de Facsímil del Ártico,
Illustrated News, cortesía de Elmer E.Rasmuson Biblioteca, Univ. de
Alaska- Fairbanks].
La Figura B
muestra el H.M.S. Breadalbane y el vapor Phoenix
atrapados en el banco de hielo el 21 de agosto 1853.
El Phoenix
escapó, pero el Breadalbane fue aplastado por la presión del
hielo y se hundió (Archivos Nacionales de Canadá, el número de
acceso 1989-399-4).
Referencias:
Bradley,R. S. and
P.D. Jones,“Little Ice Age”summer temperature variations:Their
nature and relevance to recent global warming trends,The Holocene,3,
367–376, 1993.
Jones,P.D. and K.
R. Briffa,The “Little Ice Age”: Local and global perspectives,
Climatic Change,48, 5–8, 2001.
Koerner,R.
M.,Devon Island ice cap: Core stratigraphy and paleoclimate,
Science,196, 15–18, 1977.
Koerner,R.M. and
D.A. Fisher,A record of Holocene summer climate from a Canadian
high-Arctic ice core, Nature,343, 630–631, 1990.
Neatby, L. H., In
quest of the North West Passage,pp. 135–136, Longmans,Toronto,
1958.
Oglvie,A.E. J.,
and T. Jónsson,“Little Ice Age” research:A perspective from
Iceland, Climatic
Change, 48, 9–52,
2001.
Overpeck, J. et
al.,Arctic environmental change of the last four
centuries,Science,278,1251–1256,1998.
Información del autor de la fuente original:
James
E.Overland, Pacific Marine Environmental Laboratory/NOAA,
Seattle,Wash., and Kevin Wood , Arctic Research Office/NOAA, Silver
Spring,Md.
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